Una profunda crisis financiera ha dejado a Sri Lanka luchando para pagar las importaciones de alimentos, medicinas y combustible y ha llevado a miles de manifestantes a las calles.
El sábado, se vivieron momentos de mucha tensión cuando después de que miles de manifestantes asaltaron la residencia oficial de Gotabaya Rajapaksa, presidente en Colombo.
Rajapaksa informó al presidente del parlamento que planea renunciar el 13 de julio, después de que los manifestantes irrumpieran en la residencia presidencial oficial.
El primer ministro Ranil Wickremesinghe dice que él también está dispuesto a renunciar.
Los soldados y la policía fueron incapaces de contener a la multitud de manifestantes.
Las imágenes de vídeo mostraban a algunos de ellos chapoteando en la piscina, mientras otros se sentaban en una cama con dosel y en sofás. En las imágenes que circularon por las redes sociales se podía ver a algunos vaciando una cómoda.
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