BAGDAD, Irak — Cientos de enojados seguidores de una milicia chií iraquí entraron por la fuerza el martes en el complejo de la embajada de Estados Unidos en Bagdad tras derribar una puerta.
En respuesta al asalto se lanzaron gases lacrimógenos y se oyeron disparos.
Un reportero de The Associated Press en la zona vio llamas saliendo en el interior del recinto diplomático y a al menos tres soldados estadounidenses en el tejado de la embajada.
No estuvo claro de inmediato qué causo el fuego en la zona de recepción, ubicada cerca del estacionamiento del complejo. A través de un altavoz, un hombre pidió a los manifestantes que no entrasen el reciento diciendo: “El mensaje ha sido entregado”.
El incidente se produjo tras los letales ataques aéreos de Washington que mataron a 25 combatientes de una milicia chií respaldada por Irán esta semana en Irak.
En la zona había humo del gas lacrimógeno y al menos tres inconformes parecían tener dificultades para respirar.
La puerta que cedió era una entrada lateral, empleada por los autos que acceden al complejo. Cientos de manifestantes habían avanzado alrededor de 16 pies por un pasillo que lleva al edificio principal.
Por el momento se desconoce si el personal de la embajada seguía dentro del edificio principal.
Antes en el día, y al grito de “¡Abajo Estados Unidos!”, una multitud intentó entrar a los terrenos de la legación diplomática, arrojando botellas de agua y destrozando cámaras de seguridad en el exterior.
El ejército de Estados Unidos atacó el domingo a la milicia Kataeb Hezbollah, que recibe apoyo de Teherán, y dijo que se trataba de una represalia por el asesinato de un contratista estadounidense la semana pasada luego de un ataque con cohetes a una base militar iraquí del que culpó al grupo.
El ataque estadounidense, el mayor contra una milicia sancionada por Bagdad en los últimos años, y los llamados a vengarse suponen una nueva escalada en la guerra de poder entre Washington y Teherán en Oriente Medio.
El intento de entrar a la sede diplomática se produjo tras los funerales por los combatientes abatidos en un vecindario de la capital iraquí.
Después de los entierros, los disconformes marcharon hacia la fortificada Zona Verde, hasta llegar a la extensa embajada estadounidense.
Reporteros de The Associated Press vieron como la multitud trató de asaltar el recinto gritando “¡Abajo Estados Unidos!”, “Muerte a EEUU” y “Muerte a Israel”.
Pudo verse a los guardas de seguridad retirándose al interior de la embajada. Los manifestantes fueron avistados colgando banderas amarillas de Kataeb Hezbollah en los muros del complejo.
El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, dijo que los ataques envían el mensaje de que Washington no tolerará acciones de Irán que pongan en riesgo las vidas de compatriotas.
En la víspera, la milicia respaldada por Teherán se comprometió a responder a los ataques del ejército estadounidense en Irak y Siria que mataron a 25 de sus combatientes e hirieron a docenas más.
El incidente y la promesa de venganza elevó la preocupación a nuevos ataques que podrían amenazar los intereses de Washington en la región.
La operación estadounidense molestó tanto a las milicias como al gobierno iraquí, que dijo que reconsiderará su relación con la coalición liderada por Estados Unidos por primera vez desde la firma del acuerdo para mantener a soldados de Washington en el país. Según Bagdad, el incidente fue una “flagrante violación” de su soberanía.
En una reunión televisada en parte el lunes, el primer ministro iraquí, Adel Abdul-Mahdi, dijo a su gobierno que había intentado frenar la operación “pero hubo insistencia” por parte de funcionarios estadounidenses.
El ejército de Estados Unidos señaló que se llevaron a cabo “ataques defensivos de precisión” contra cinco instalaciones de Kataeb Hezbollah, o Brigadas del Hezbollah, en Irak y Siria.
El grupo, que es una fuerza separada del grupo libanés Hezbollah, opera al abrigo de las milicias con respaldo gubernamental conocidas como Fuerzas de Movilización Popular. Muchas de estas agrupaciones son auspiciadas por Irán.