El “sanchismo o libertad” con el que Isabel Díaz Ayuso ganó las elecciones en Madrid en mayo de 2021 tiene una nueva versión en Castilla y León. “Sanchismo o futuro”, proclamó el presidente de esa comunidad y candidato a la reelección, Alfonso Fernández Mañueco, tras convocar elecciones anticipadas para el próximo 13 de febrero. La presidenta madrileña es la figura más popular en la derecha española y el estilo Ayuso es ya una tendencia en el PP, que abrazan hasta los barones del ala moderada del partido, como Mañueco, un sorayista [simpatizó en las primarias del PP con la vicepresidenta de Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría]. En la batalla con Vox, al que las encuestas sitúan en una nueva fase de crecimiento, el PP moderado se inspira en la estrategia ayusista para tratar de contener a la extrema derecha. Y, como las cañas representaron el símbolo de los conservadores en las elecciones de Madrid para confrontar con el modelo de la izquierda, después del traspié del ministro de Consumo, Alberto Garzón, la carne aparece ahora en Castilla y León como el nuevo emblema de la derecha contra los progresistas. “Sanchismo” o chuletón.
El PP comienza la campaña con la perspectiva optimista de que parece difícil perder la condición de primera fuerza que le otorgan las encuestas, pero con la incógnita de cuánto se aproximará o alejará Mañueco de la mayoría absoluta. De eso dependerán sus opciones para formar Gobierno que, ante la descomposición de Ciudadanos, van a quedar en manos de Vox o de las nuevas candidaturas de la España Vaciada.
El escenario puede cambiar mucho para Mañueco si la extrema derecha tiene la llave en exclusiva y consigue una posición de fuerza en su relación con el PP; o, por el contrario, obtiene una representación limitada y, además, comparte la decisión de la gobernabilidad con las plataformas de la España Vaciada. Ante esa amenaza, el PP intensificará los mensajes llamando al voto útil con ataques contra el presidente Pedro Sánchez.
El auge de Vox en las encuestas desconcierta a los populares. “No se entiende. No hacen ni dicen nada y crecen como la espuma”, reconocen en el PP. Los ultras parten con expectativas de sustituir a Ciudadanos y lograr grupo propio en las Cortes, donde ahora solo tienen un único procurador, pero hasta dónde llegará su fuerza es un misterio. El PP cuenta con la ventaja de su implantación en el territorio (tienen más de 1.400 alcaldes en la comunidad) y le beneficia el hecho de que Vox no tiene allí una figura fuerte como en otras plazas. Un abogado desconocido y homófobo, Juan García-Gallardo Frings, será el representante como cabeza de lista de la extrema derecha. Castilla y León, dicen en el PP, es “tierra de conservadores, no de radicalismos”, pero el partido teme una sacudida inesperada de los ultras.
En ese contexto entra en juego la estrategia ayusista. Mañueco ha arrancado la campaña con ataques al presidente socialista con el mismo lenguaje de la líder madrileña. “Vamos a parar los pies al sanchismo”, prometió el sábado. “Hay que concentrar el voto en el PP o Castilla y León será pasto del sanchismo”, insistió. En la misma línea que Ayuso, el barón popular ha descartado las restricciones ante la sexta ola de la pandemia, frente a otras comunidades como Cataluña, País Vasco o Galicia, esta última gobernada por el PP. El antagonismo forzado con el presidente del Gobierno en una elecciones autonómicas y los lemas binarios son tendencia en la derecha a rebufo de la líder madrileña.
Ayuso tendrá, además, una importante presencia en la campaña: Mañueco abre este lunes la primera semana de la cuenta atrás al 13 de febrero viajando a Madrid para dejarse ver junto a ella y presentarla en una conferencia. El estilo de los ataques al presidente socialista y las soflamas madrileñas inspiran al partido en Castilla y León, pero no todo es importable, explican en el PP. La apuesta ultraliberal de Ayuso no funciona en esa comunidad, donde los populares saben que los ciudadanos, también en la derecha, quieren libertad, pero también seguridad y un Estado del bienestar fuerte. Mañueco reivindicará los servicios públicos de la comunidad, que tiene uno de los mejores sistemas educativos de España.
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El mundo rural
El otro flanco en el que el PP se apoyará para tratar de frenar a Vox es la bandera del mundo rural. El PP se presentará como el partido del campo y defensor de sus tradiciones frente a la penetración de la extrema derecha en ese entorno. En ese terreno pelean también las plataformas de la España Vaciada, que según los expertos perjudican a los dos grandes partidos, pero pueden arañar más votos al PP, como movimiento crítico con el desarrollo de la región en la que estos llevan gobernando tres décadas.
La batalla en la derecha se va a librar en el mundo rural y ahí entra de lleno la polémica por las palabras del ministro de Consumo, Alberto Garzón, cuestionando la calidad de la carne de las macrogranjas de ganadería, que ha caído como un regalo para el PP. “No a Garzón, no a Sánchez. Sí al campo, sí al medio rural”, clamó Mañueco este sábado en el primer acto de campaña del PP en Salamanca, donde pidió la dimisión del titular de Consumo. El PP va a tratar de alargar al máximo una controversia que provoca contradicciones al Gobierno progresista, con la que los populares se han frotado las manos. “Garzón nos lo ha puesto a huevo”, se felicitan en el PP castellanoleonés, preparados para buscar una victoria como la de Ayuso en las urnas con sus mismas armas.
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