Diego Armando Maradona será por siempre uno de los grandes mitos de la historia del fútbol, que llora su pérdida. Una leyenda que se fue este miércoles, a los 60 años, tras una vida marcada también por sus excesos a raíz de las adicciones que sufrió desde mediados los años ochenta del siglo pasado.
El propio Maradona aseguró que probó por primera vez la cocaína durante su etapa en Barcelona, concretamente en 1983. Después, ya como jugador del Nápoles, se convirtió en adicto a dicha droga. Los éxitos que dio al equipo del San Paolo fueron acompañados por sus excesos en su vida privada, incluidos sus vínculos con miembros de la Camorra napolitana. Las celebraciones tras los encuentros duraban varios días, entre drogas y prostitutas.
Un positivo por cocaína en 1991 le costó una suspensión de 15 meses que supuso la antesala de su adiós al Nápoles en 1992. En Argentina pasó un día detenido por posesión de drogas.
En la cuesta abajo, Maradona dio positivo por efedrina jugando con la selección argentina el Mundial 1994, lo que supuso el final de su etapa en la albiceleste, con la que había sido campeón del mundo en 1986 en la cúspide de su carrera.
La salud le dio el primer aviso serio a Maradona en 2000, cuando, estando de vacaciones en Punta del Este, ingresó en una clínica con una crisis hipertensiva y un cuadro de arritmia ventricular causado por las drogas. De hecho, se temió por su vida.
Fue entonces cuando viajó a Cuba para someterse a un tratamiento de desintoxicación bajo el cobijo de Fidel Castro. En 2004, nuevo ingreso con una crisis hipertensiva y una infección pulmonar. Debido a su obesidad, Maradona se sometió en 2005 en Colombia a un bypass gástrico. Perdió más de 50 kilos.
Maradona dijo que, tras la crisis sufrida en 2004, dejó las drogas. Sin embargo, no pudo superar su adicción del alcohol. Con las adicciones llegaron los escándalos, entre ellos los sexuales o los protagonizados con sus parejas.
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