La magia de Diego Maradona, quien falleció este miércoles, se cristalizó en los dos goles que le hizo a los ingleses en los cuartos de final del Mundial de Fútbol en México en 1986.
El pibe de Villa Fiorito, un barrio pobre en Buenos Aires, Argentina, ya venía descollando como un genio con la pelota, primero en su paso por Argentinos Juniors y luego en Boca Juniors, ambos en Argentina, para luego jugar en el Barsa y el Napoli.
En los cuartos de final en el mítico estadio Azteca de la capital mexicana, el 22 de junio de 1986, Maradona, ‘’el 10’’, convirtió dos goles que quedaron en la historia del fútbol mundial; uno por polémico, el otro por hermoso.
Fue frente a la selección de Inglaterra, en un partido que había generado una enorme expectativa ya que ambos países, Argentina e Inglaterra, habían estado en guerra en 1982 por las Islas Malvinas. Pero el giro imprevisto lo dio ‘’el 10’’.
El partido estaba empatado sin goles, cuando en el arranque del segundo tiempo, el ‘’Vasco’’ Olarticoechea le tiró un pase a Maradona, quien gambeteó a los ingleses Reid y Hoode, para luego tirarle un pase a Jorge Valdano, quien no pudo controlar la pelota.
Un defensor inglés aprovechó el momento y le tiró por elevación un pase a su arquero, Peter Shilton. Pero el astuto Maradona se interpuso con un salto y con lo que parecía ser un cabezazo, metió la pelota en el arco ante la queja de los ingleses de que había metido la mano.
Diego Maradona, la leyenda argentina del fútbol, falleció el miércoles de un paro cardiaco en su vivienda de las afueras de Buenos Aires. El reporte inicial fue dado por los medios argentinos El Clarín y La Nación, mientras que en un mensaje de Twitter también el presidente argentino, Alberto Fernández, se despidió del eterno dorsal 10 con un sentido mensaje.
El árbitro tunecino Ali Bin Nasser convalidó el gol que puso las cosas 1 a cero para los argentinos. Tiempo después, el propio Maradona confirmaba lo que era un secreto a voces: había empujado la pelota no con la cabeza pero con su mano izquierda.
El gol fue bautizado como ‘’La mano de Dios’’.
Pero no todo quedó allí. ‘’El 10’’ volvió a frotar la lámpara, unos minutos después, cuatro para ser precisos.
Héctor Enrique le dio un pase a Maradona en el campo argentino, entre el área y la media cancha. Y Maradona controló el balón, giró sobre sí mismo con la pelota, dejando parados a dos ingleses y comenzó a correr, por el lado derecho del campo.
A toda velocidad, y con la pelota como pegada en su pie izquierdo, dejó atrás a dos ingleses más, hasta llegar a los defensores Butcher y a Fenwick a quienes también dejó parados. Aún con la pelota en su pie, y como un rayo, esquivó al arquero Shilton y ante la ‘’barrida’’ de Butcher, metió la pelota y convirtió lo que sería ‘’el gol del Siglo’’.
El partido terminó 2-1 para los argentinos, quienes pasaron luego a la semifinal contra Bélgica, a quienes derrotaron 2 a cero. La final fue contra la República Federal de Alemania. Y Diego Armando Maradona levantó la Copa Mundial de campeón tras el triunfo por 3 a 2.
Hay bares en Argentina, especialmente en Buenos Aires, donde pasan ambos goles del ‘’crack’’ de manera constante en monitores de TV. Y no es para menos. La magia de ‘’el 10” vive en cada rincón de Argentina, donde hoy lo lloran con una sonrisa.