Marcar para soñar y soñar marcando. El Girona de Míchel sigue preparando la que será su tercera excursión a San Mamés en la historia del club rojiblanco. Las dos anteriores mantienen un denominador común: derrota sin goles a favor.
Ya lo ha anunciado el club. 427 almas viajarán a Bilbao para arropar al equipo y pelear más por lo de arriba que por lo de abajo. El cuadro gerundense, con la victoria, podría colocarse a tres de los puestos europeos, precisamente con la última plaza mirando hacia La Catedral. Los de Valverde ocupan la séptima y, consecuentemente, última plaza de la frontera con las competiciones del viejo continente.
Para soñar habrá que marcar y, por supuesto, intentar no encajar. No lo consiguió ni Pablo Machín ni Eusebio como técnicos del combinado catalán. La primera vez que ambos se enfrentaron en feudo vasco, los leones se impusieron en su territorio con un doblete. Los culpables en clave esférica fueron Muniain y Aduriz, acompañados por un Iñaki Williams que sirvió ambas asistencias.
Algo más estuvo de agarrar Eusebio en la segunda visita, datada en diciembre de 2018. Cuando todas las crónicas se iban cerrando con el empate, los leones dieron un último zarpazo desde los once metros. Volvió a ser Aduriz quien, en la jornada 15 de esa temporada, firmaba su primer tanto en su cuenta. El Girona, de nuevo, se marchó de Bilbao tomando un postre muy amargo.
Esta vez, Míchel y los suyos buscaran dejar en el olvido ambas citas. El equipo viene de perforar seis veces la portería en la última jornada y, a pesar de una apartada euforia, hay plena confianza en sacar los tres puntos de San Mamés. Los ‘gironins’ son plenamente conscientes de la dificultad del partido y de la olla a presión del verde vasco, pero sueñan con marcar y colocarse, no solo a ocho del descenso, sino a tres de Europa.