WASHINGTON – Miles de mujeres, y algún que otro hombre, se manifestaron este sábado en distintas ciudades de Estados Unidos para protestar contra la nominación por parte del presidente Donald Trump de la jueza ultraconservadora Amy Coney Barrett, abiertamente opuesta al aborto, para cubrir una vacante en la Corte Suprema del país antes de la celebración de elecciones.
Tal es su indignación que la Marcha de Mujeres, que normalmente se ha celebrado en enero desde la investidura de Trump el día 20 de ese mes en 2017, ha decidido organizar una edición especial a solo 17 días de los comicios generales, en los que el presidente se presenta a la reelección, y en medio del proceso de confirmación de Barrett en el Senado, que casi con seguridad será refrendada el 26 de octubre en el pleno de la cámara.
La manifestación principal tuvo lugar en Washington DC, donde las participantes se concentraron en Freedom Plaza para marchar poco después rodeando el Capitolio y acabar en el Mall, la explanada monumental que une la sede del Congreso con la Casa Blanca.
Darkis y Kat, un matrimonio de jubiladas, de 78 y 73 años, acudió en bicicleta a la protesta.
“Hemos venido porque estamos muy enfadadas sobre Amy Coney Barrett, nos la están imponiendo”, lamentó Darkis a Efe, pertrechada con un gorro para protegerse del sol, como su esposa, y con una bicicleta rosa.
Inmediatamente, Kat puntualizó: “Queremos que se escuchen nuestras voces porque estamos muy enfadadas sobre la nominación de la jueza justo cuando hay elecciones, cuando lo que habría que hacer es esperar a que se sepa la voluntad del pueblo”.
Además, siguió Kat, “queremos a un hombre o mujer que sea más liberal respecto al aborto, los derechos de los homosexuales, alguien que se preocupe por la gente”.
Cuando el senador Ben Sasse (R / NE) le pidió que nombrara las libertades que protege la Primera Enmienda, la jueza Amy Coney Barrett no pudo proporcionar las cinco.
Trump y los republicanos del Senado, donde tienen la mayoría, han acelerado el proceso para confirmar a Barrett antes de los comicios, tras la muerte en septiembre de la jueza progresista Ruth Bader Ginsburg, pionera del feminismo y de los derechos reproductivos.
Kat se quejó, asimismo, de la polarización existente en EEUU, que en su opinión ha sido agitada por Trump; mientras su mujer la observaba sujetando una pancarta que rezaba “la madre tierra apuesta a que no haya ningún Trump”.
No muy lejos de ellas había un grupo de mujeres, con pósteres que decían “Trump/Pence, fuera ahora”, con trajes inspirados en la serie “El cuento de la criada”, basado en una novela de la escritora Margaret Atwood, en la que una secta extremista cristiana derroca al Gobierno de EEUU y arrebata a las mujeres sus derechos.
Los demócratas se están esforzando en retratar a Barrett como una jueza extremadamente conservadora y muchos pusieron el martes el foco en el derecho al aborto.
De hecho, desde que fuera nominada por Trump, Barrett ha aparecido vinculada a esa distopía en medios de comunicación estadounidenses por su vinculación al grupo católico “People of Praise”, que defiende que los maridos son los cabeza de familia y tienen autoridad sobre sus mujeres, lo que ha desatado un sinnúmero de especulaciones sobre si “El cuento de la criada” podría estar inspirado en esta secta.
Frente a esas manifestantes estaba Kaitleen, de 13 años, que había acudido a protestar junto a su primo de 16. “Estoy aquí porque las mujeres tienen que decidir por sus cuerpos y no que otros decidan”, afirmó contundente Kaitleen, quien, pese a no tener derecho a voto por su edad, auguró que el aspirante presidencial demócrata, Joe Biden, tiene “más probabilidades de ganar porque fue vicepresidente y muchas mujeres van a votar por él por ese motivo”.
En la marcha había muchas personas con carteles de la campaña de Biden y de su compañera de fórmula, Kamala Harris, candidata a la Vicepresidencia.
“EEUU necesita una WAP (siglas en inglés de una mujer como presidenta)”, “Haz que los racistas tengan miedo de nuevo”, “Sr. Vicepresidente, estoy hablando” eran algunos de los mensajes que podían leerse en las pancartas, con juegos de palabras con el lema de la campaña de Trump “Haz EEUU grande de nuevo” o en alusión a la frase que Harris le dirigió al vicepresidente, el republicano Mike Pence, para que no la interrumpiera en el debate que tuvieron el 7 de octubre.
A las mujeres se les unieron muchos hombres en la marcha como Leonard, un trabajador de un museo de 40 años. “Obviamente estamos aquí por las mujeres -detalló a Efe- pero también para animar a la gente a votar el 3 de noviembre”.
“Este momento es posiblemente el más importante de la historia del país, tenemos que votar y sacarlos (a Trump y Pence) fuera. Si no voto no se me escucha y si no soy escuchando es por lo que el país se encuentra en esta situación ahora porque mucha gente no fue escuchada la última vez” que se votó, subrayó.
En paralelo a la marcha en Washington, los organizadores convocaron este sábado protestas parecidas en unos 400 puntos en todo el país, con instrucciones como portar mascarilla facial y mantener la distancia social para protegerse de COVID-19.
En paralelo a esta protesta, la organización Voz de las Mujeres Independientes congregó frente a la sede del Supremo, en la capital, una concentración que en apoyo a Barrett, bajo el lema “Estoy con ella”.