Mercedes es el equipo a batir en la Fórmula 1. Firma germana que en esto del Gran Circo está afincada en Brackley, Inglaterra. Su campeón también es inglés, y cuenta con un finlandés en sus filas que quiere serlo. Pero en todos sus éxitos, también hay mucho mérito español. En la fábrica hay decenas de ingenieros de nuestro país, y en las pistas de todo el mundo, hay cuatro mujeres con una estrella en el pecho que le dan acento castellano al conjunto. Además de Rosa, la jefa de prensa de Hamilton, de padre español, y de Rocío Casas, madrileña del departamento de márketing, nos centramos en la labor de Marga Torres y Marta Castaño, Las M&M de Mercedes. Comparten la inicial del equipo en sus nombres y el mismo hambre de triunfo que sigue manteniendo el conjunto rey.
Las dos son parte del motor del equipo. Marga, por ser la ingeniera de unidad de potencia de Lewis Hamilton. Y Marta, por ser la que se encarga de que a los mecánicos e ingenieros no les falte nunca energía.
Empecemos por Marta. Madrileña nacida en 1993, es una fiel socia del Atlético de Madrid que hace un tiempo que tuvo que dejar vacío su asiento en el Wanda para viajar por el mundo con el Gran Circo. Una serie de circunstancias le llevaron al garaje de Mercedes, donde ya se siente “como en una familia”, como dice esta futura Ingeniera de Edificaciones. Para serlo todavía le queda el trabajo final, y de mientras, sigue construyendo su futuro en la F1.
“En el garaje tengo una mesita con mi cafetera, dos frigoríficos y monto mi mini bufet. Y arriba con los ingenieros (en el motorhome) tengo una cocinita. Voy de arriba abajo sin parar, paso, reviso que no falte de nada y repongo”, cuenta Marta, a la que es fácil ver correr del hospitality al box y al motorhome cargada de cajas de comida. Eso sí, para ello tuvo que batallar con las complicaciones iniciales para aprender a hacer el té correctamente, algo sagrado para los mecánicos ingleses del box plateado.
El talismán de Hamilton
Cuando Marta sube a la oficina, también le lleva comida a Marga Torres, que ocupa una posición de muchísima responsabilidad. En sus manos y en su mente está el funcionamiento del motor del campeón, Lewis Hamilton y todos los elementos de la ‘Power Unit’. “Me encargo de que esté todo preparado electrónicamente”, cuenta esta madrileña de 33 años, a la que también podemos ver en cada parrilla de las carreras junto al coche 44. Mientras el público jalea el nombre de los pilotos, ella mira concentrada su ordenador para controlar los parámetros del motor y prepararlo para la carrera.
Y cuando empieza, es como si estuviera subida al coche de Lewis controlando todo. “En plena carrera es emocionante. Hay mucha tensión. Tienes que estar muy concentrado sabiendo exactamente lo que pasa y teniendo en cuenta la situación de la carrera, sabiendo lo que pasa para poder utilizar el motor de la mejor manera”, expresa Marga, residente en pleno campo inglés, nen Bixworth, la sede de los motores de Mercedes, a una hora de Brackley. Ya con acento inglés incluso, Marga también remarca el constante aprendizaje que debe realizar por las evoluciones que se realizan en la fábrica y los cambios de regulaciones que se preven. “Parte del trabajo es estar al día de lo que pasa en la fábrica, las actualizaciones y todo. Y en carrera siempre estamos en contacto directo con ellos”, añade.
Esta amante del motor decidió a los 16 años dedicarse a ello cuando alucinaba con las carreras del Jarama. Allí actuó de comisario mientras estudiaba Ingeniería Industrial.
En 2010 aterrizó en Renault en la F1 y de ahí, a Mercedes en 2014. Sí, todo un talismán. “Cuando yo estaba en Renault ganaban Mundiales con Red Bull y desde que llegué a Mercedes los hemos ganado todo”. Pero no se conforma. “¿El título más especial? el que ganaremos este año”, exclama entre risas. Y destaca una cosa de este sueño cumplido: “El trabajo en equipo. Todos somos partícipes de los éxitos y el piloto es uno más de nosotros”. Y en eso, Mercedes también está por encima del resto.
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