Ya lo avisábamos el lunes, tras el GP de Australia de F1, que el fallo de fiabilidad que sufrió el Red Bull de Max Verstappen no era el único problema por el que tenía que preocuparse el neerlandés. El campeón y su equipo, Red Bull, tienen muchos frentes en los que pensar y en los que sus oponentes de Ferrari han empezado el curso con mayor fuerza. Al margen de los dos abandonos por fallos de fiabilidad relacionados con el motor en las primeras tres carreras, Max sabe que su coche debe mejorar muchísimo si quiere aspirar al campeonato. Su abandono no fue más que la gota que colmó el vaso a una carrera que el propio Max definió como “terrible” por la gran degradación que tuvo de gomas y por la imposibilidad de seguir el ritmo de Leclerc. Y tras la carrera, Helmut Marko dio más detalles de los muchos puntos que debe mejorar el conjunto de las bebidas energéticas.
“Hay dos o tres cosas que afectan. Primero, los problemas de fiabilidad, que casi no tuvimos el año pasado, pero la diferencia con Ferrari también fue alarmante en Australia. Simplemente controlaron el ritmo y lo hicieron sin graining. Si Max apretaba, Leclerc podía reaccionar con facilidad”, dijo Helmut Marko en ‘Servus TV’.
“Nos sorprendió la velocidad de Ferrari. No tenían casi graining y nosotros lo sufrimos tras unas pocas vueltas”, agregó el asesor de Red Bull.
“Ferrari puede encontrar un buen equilibrio con el coche de forma más fácil. Pérez pilotó con un alerón trasero más pequeño que el de Max y tenía menos carga aerodinámica, pero aun así lo hizo mejor en los entrenamientos. Creo que el balance de Max no era el adecuado”, añadió, destacando las enormes fortalezas de Ferrari, que ahora son sus debilidades.
Un problema de peso
Relacionado o no con los anteriores contratiempos, Red Bull tiene además un problema importante de peso. “Nuestro coche pesa claramente más que el Ferrari. Creo que tenemos un hándicap de peso de unos diez kilos. Eso si lo pasamos a tiempo por vuelta, es igual a unas tres décimas de segundo por cada giro”, destacó Marko. Red Bull deberá trabajar en aligerar su coche, algo muy costoso y complicado, más todavía con la limitación de gasto implantada por el techo presupuestario. En este sentido, Red Bull no puede permitirse ni un solo error en las evoluciones que lleve. Fallar supondría haber gastado dinero en una mejora que no funciona, y disponer de menos margen de reacción.
“Bajar el peso es caro. Es, para empezar, un problema económico y además, también está relacionado con la fiabilidad, así que es un tema difícil por el techo presupuestario. Nos enfrentamos a tiempos difíciles”, finalizó.