Doce han sido las carreras que ha durado Pierre Gasly al volante de un Red Bull. La escudería de las bebidas energéticas no es conocida precisamente por su paciencia con los pilotos, a los que tiene acostumbrados a tener que aguantar una enorme presión en todos los puntos de su academia de jóvenes pilotos, desde sus inicios, hasta la llegada a la F1. Parecía que Pierre Gasly, tras sus dos temporadas en la máxima categoría del automovilismo mundial con Toro Rosso, podría estar preparado para la difícil tarea de sustituir a Daniel Ricciardo al lado de Max Verstappen, pero la tremenda calidad y velocidad del holandés en comparación al rendimiento del galo, destapó todas sus carencias. O posiblemente, Pierre no tuvo la fuerza mental necesaria para aguantar la presión del equipo y la pelea con su compañero, quien le superó en todas las clasificaciones del año. Y así, tras múltiples errores que empezaron ya desde la pretemporada, Pierre se fue consumiendo, mostrando un nivel infinitamente inferior al de un Max que incluso ganó en Austria y Alemania con el mismo coche. Por ello, Red Bull, sin nadie más en la recámara que Albon o Kvyat, eligió al tailandés de origen británico para ocupar el lugar de Gasly en Red Bull, devolviendo a Pierre a su antiguo asiento en Toro Rosso. Los motivos para que los de Milton Keynes decidieran bajar a Pierre eran muchos, pero el asesor del equipo, Helmut Marko, los resume en tres principales para el medio alemán ‘Auto Bild’.
“Gasly tiene problemas en el tráfico, pierde posiciones y no puede adelantar”, comenta Marko, asegurando que el equipo debía “reaccionar y darle una oportunidad a Albon hasta el final de la temporada”.
“Gasly vuelve a su lugar en Toro Rosso y luego veremos quién conducirá el próximo año junto a Max”, añadió en relación a la alineación de pilotos de la escudería de las bebidas energéticas para 2020, que dependerá en gran parte de si Albon cumple con las expectativas en su primer año.
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