Márquez seguirá fuera de las pistas “dos o tres meses”

Pol Espargaró, pole position en el Gran Premio de Estiria.
Pol Espargaró, pole position en el Gran Premio de Estiria.JOE KLAMAR / AFP

En un circuito rapidísimo y corto como el Red Bull Ring en el que los pilotos ya compitieron hace una semana, con los reglajes claros y a punto desde el domingo pasado, hay que pilotar muy al límite para llevarse la pole position. En el segundo gran premio consecutivo en la misma pista casi todos se ven preparados para llevarse el mejor tiempo, de modo que la lucha es ajustadísima. Lo es la competición para imponerse en la Q1 y meterse en la Q2. Y lo es todavía más en la prueba final. No vale con rodar en 1m 23s. Eso lo lograron los diez pilotos más rápidos de la Q2. Hay que pelear por abrir una minúscula grieta con el segundo. En Estiria, la línea perfecta se mide en milímetros y el tiempo objetivo se cuenta en milésimas de segundo.

Y aun así, se impone una KTM, la marca que empezó a poner a prueba sus MotoGP hace solo cuatro años en este mismo trazado, su circuito de pruebas. Y se impone, por fin, Pol Espargaró, que lleva soñando con la victoria desde que terminó la temporada 2018 con un podio en el circuito de Cheste. Se le resiste este año en que KTM brilla con luz propia y ya ha podido celebrar su primer triunfo en el Mundial. Llegó, para sorpresa de todos, del puño del debutante Brad Binder. Y aquello impulsó más al piloto de Granollers. Que tiene clavado el triunfo entre ceja y ceja. Se va acercando. Y este fin de semana, de nuevo en Spielberg, ha hecho todos los deberes. Incluso ha logrado la pole. Su primera pole position desde que debutó en MotoGP el año 2014.

Se impuso el pequeño de los hermanos Espargaró tras dos intentos y después de que la tabla de clasificación presentara un agitado e inusual movimiento: Viñales, Quartararo, Rins y Nakagami, además de Pol, ostentaron en algún momento el mejor cronómetro de la sesión. Una sesión de igualdad máxima, en que las Yamaha (Viñales acabó sexto) hacían olvidar momentáneamente los problemas con sus motores, los menos potentes de la parrilla; en que las Suzuki exhibían toda su dulzura en el trazado más brusco (Mir fue tercero, séptimo Rins); y las Ducati (Miller, la mejor Desmosedici, quinto) asumían que ya no son las únicas motos capaces de ganar en este circuito con tanta recta y tan poca curva. Las Honda, además, asomaban el hocico gracias a la valentía de Nakagami (segundo), que ha asumido sin que nadie se lo pida el protagonismo tras el vacío dejado por el lesionado Marc Márquez.

Si la pole de este sábado se la adjudicó Espargaró con una vuelta en 1m, 23′580s, el récord de la pista lo sigue defendiendo Márquez desde el sofá de su casa con aquella vuelta en la clasificación del año pasado en 1m, 23′027. Medio segundo de diferencia cuando en esta ocasión solo 98 milésimas separaban al primero del tercer clasificado. Además, entre la primera KTM y la Ducati de Petrucci, 12º, hay menos de seis décimas de segundo.

El tercer puesto en la sesión de clasificación, por cierto, se lo llevó Johann Zarco, operado este miércoles de una fractura en el escafoides de su mano derecha. La lesión, consecuencia de la fea caída en que se vio involucrado con Morbidelli en la última carrera, no le frenó en el primer día en que se subía a la MotoGP. No le frenó el dolor. Le impulsaba el honor. Tras haberse sentido señalado y criticado duramente por ser considerado el responsable del accidente el domingo pasado, Zarco, sancionado además con salir este domingo desde el pit lane, quiso pelear por la pole para demostrar de qué pasta está hecho. Y para sumar puntos con Ducati, que se debate entre él y Pecco Bagnaia para acompañar el año próximo a Jack Miller en el equipo oficial.

Dovizioso, ganador de la última carrera en el circuito de Spielberg seis días atrás, saldrá desde la novena posición. Y Rossi, que no logró pasar a la Q2, desde la 15ª.


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