Marc Márquez ha evidenciado este sábado en Phillip Island durante la Q2 que los pasos adelante en su recuperación son de gigante con una salvada de las suyas, de las de siempre, en un grado de inclinación de 65º en la curva 10 cuando trataba de seguir al ‘galgo’ Pecco Bagnaia en la primera de las salidas a pista.
“Ha aguantado, ha aguantado. El hecho de que en este circuito sólo haya cuatro curvas de derecha y sólo dos de frenada me permite estar fresco. El brazo no se fatiga tanto y esto ayuda mucho”, ha contado a la prensa.
“Ya lo dije desde que llegué, desde que me subí a la moto después de la cuarta operación. Falta a nivel muscular y noto que tengo que mejorar la estabilidad en el hombro y que tengo que mejorar este invierno, pero es un brazo que ya está recto. Esto significa que la posición mía encima de la moto no es exactamente igual a la de antes, pero las reacciones ya sí”.
“Una cosa es a nivel físico y otra a nivel mental, el que caerme si alguien me empuja y poder poner los dos brazos, algo de lo que antes no era capaz. Antes, siempre que me caía el cuerpo iba a proteger el brazo derecho y esto la cabeza ahora lo está desactivando, porque no siento dolor. Al no sentir dolor, falta fuerza, pero el brazo está ya reaccionando como toca y cuando toca”, ha relatado.
La salvada ha sido muy parecida a una protagonizada en este circuito y esta misma curva a derechas en 2019. “La de 2019 fue más larga y más grado de inclinación (llegó a 70º), pero esta ha sido mejor salvada”