Marsella siempre le tiene ganas a un PSG que se juega mucho más que un clásico esta noche contra el Olympique. Con el cuadro de Igor Tudor a solo cinco puntos, el campeón no puede despistarse si no quiere verse también contra las cuerdas en liga: “No busco revancha”, dijo el viernes Christophe Galtier, interpelado por algunos periodistas después de caer eliminado recientemente de la Copa de Francia en el Vélodrome.
El choque ante el Marsella es una buena piedra de toque para el PSG, que en poco más de una semana tiene el examen más importante de la temporada. Salir con un buen resultado del clásico, y sobre todo con una buena imagen, puede servir para amedrentar a un Bayern que observará desde la distancia si el cuadro parisino ha recuperado o no el carácter competitivo que dejó entrever la semana pasada en la remontada contra el Lille.
Christophe Galtier no tiene a Achraf a su disposición ya que ayer no pudo entrenar con sus compañeros por culpa de un problema muscular. Con el partido de Champions cerca, la recomendación del departamento médico era no arriesgar. Neymar, con un esguince, tampoco estará frente a un Olympique que llega a este clásico en racha, estimulado por el triunfo extraordinario contra el PSG en Copa y con la ilusión de competirle la liga.
Como ocurre desde hace tiempo, no habrá aficionados del club de la capital que viajen a Marsella a acompañar al equipo. Lo tienen prohibido por razones de seguridad: “No volváis a fallar. Destrozadles”, fue el recado que los radicales trasladaron al vestuario el viernes pasado en el Parque de los Príncipes en el entrenamiento a puertas abiertas. Frente al Olympique no solamente importan los puntos. También la personalidad. Un simulacro interesante antes del Bayern.