Marta Hazas y Javier Veiga, una década de vida real y de ficción


Marta Hazas y Javier Veiga están más que acostumbrados a hacer entrevistas juntos. La pareja de actores, tanto en la ficción como en la vida real, se coordina a la perfección sin ninguna interrupción entre ellos y sabiendo a qué preguntas debe contestar cada uno aunque no se les mencione específicamente. Son alrededor de 10 años trabajando codo con codo y eso se nota. Se conocieron en el rodaje de la película Muertos de amor (2012), dirigida por Mikel Aguirresarobe, y desde entonces es raro verlos separados: obras de teatro como 5 y… acción, la creación de la productora Medio Limón o uno de sus proyectos más recientes, la serie Pequeñas coincidencias, cuya tercera y última temporada se ha estrenado este viernes en Amazon Prime Video.

Cierran así una etapa profesional que Veiga valora como la más importante de su carrera. “Le he metido mucho trabajo, muchísimas horas. Ser capaz de levantar un proyecto como este para mí ha sido un salto muy grande”, comenta por videollamada el actor, que ha sido un hombre orquesta en esta producción, pues ha ejercido de guionista, director y protagonista. A su lado se encuentra Hazas, también personaje principal de la trama, que mira con orgullo a su marido al hacer balance de lo que ha supuesto crear la primera serie española para Amazon. De hecho, la actriz muestra ante la cámara un dossier muy bien diseñado sobre la historia —en un principio titulada Encuéntrame tú—, la cual presentaron a la plataforma, que de primeras rechazó la idea. “¿Cómo alguien le puede decir a Javi que no con lo trabajado que está esto?”, expresa la actriz entre carcajadas mientras pasa las páginas y añade: “Menos mal que luego tuvieron ojo”.

En 2018 estrenaron la comedia que narra la complicada historia de amor entre dos personajes que se plantean la paternidad llegados a cierta edad. Por ello ha sido muy recurrente en las entrevistas y ruedas de prensa preguntar a los actores sobre sus verdaderas intenciones al respecto en la vida real. “En este caso nos hemos buscado que nos hagan esa pregunta”, reconoce Veiga riéndose. A sus 43 años ella y a punto de cumplir él los 48 tienen claro, a diferencia de lo que le sucede en la ficción, que no quieren tener hijos. Hazas afirma que está contenta con la vida que han decidido llevar y que se siente realizada: “Estoy haciendo lo que quiero hacer y lo que me hace feliz. Yo no quiero pasar mi década de los 40 a los 50 en la crianza”. Por su parte, el intérprete explica que de darse la hipotética situación de poder disfrutar de dos vidas, en una sería padre y en otra no: “Si tuviera otra vida, haría una con hijos porque tengo claro que me estoy perdiendo muchas cosas. Hay cosas que te pierdes por no ser padre, igual que los que son padres saben que se están perdiendo cosas por tener que estar cuidando a sus hijos”. Pero, como él mismo señala, “es una faena porque es una decisión que hay que tomar”.

También en esos momentos de promoción de la serie les han sometido varias veces a retos para averiguar cuánto se conocen. Veiga admite ser muy despistado para este tipo de pruebas, en las que en alguna ocasión ha olvidado hasta la fecha de su aniversario: “He hecho una regla nemotécnica para acordarme. Pero he batido récord. Soy la primera persona del mundo que se olvida de su aniversario antes de celebrar el primero”. Se casaron el 1 de octubre de 2016 en el palacio de la Magdalena de Santander, ciudad natal de la actriz, donde acudieron varios rostros conocidos como Paula Echevarría, Cecilia Freire y Carlos Sobera. Opinan que pasar por el altar no ha cambiado su relación, pues continúa “exactamente igual, solo que con un anillo”. Sí que se han percatado de lo bien que han sabido rodearse de su familia y amigos. “A mí lo que me gusta de nuestra relación es que los dos seguimos siendo personas individuales y que vamos evolucionando. Me gusta porque también hay cosas que te van sorprendiendo de la otra persona, como nuevas inquietudes”, indica Hazas.

Les resulta sencillo separar el trabajo de la vida personal, pues tienen claro el rol que ejerce cada uno en el set de rodaje y presumen de no haber regresado nunca a su hogar enfadados por los problemas que puedan surgir en el ámbito laboral. “Sí que nos ha pasado el estar mosqueados en casa, por alguna chorrada, y tener que llegar a rodar y pensar: ‘Y ahora tengo una escena de amor con este cretino”, dice la actriz volteando los ojos hacia arriba de forma burlona. A pesar de esos pequeños roces, actuar juntos se ha convertido en algo natural para ellos gracias a tantos años en los que han compartido planos y escenarios. “Hemos encontrado un código para trabajar juntos, eso que la gente llama química. Creo que es parte de experiencia”, matiza Veiga.

A Hazas le encanta cómo escribe su marido, especialmente cómo trata los personajes femeninos, y su forma de dirigir comedias. Ella siente curiosidad por la dirección y no descarta algún día tomar la batuta. Pero por ahora es un terreno que observa con mucho respeto y se mantiene a la espera hasta tener “algo interesante que aportar”. “De momento me llena mucho lo de ser actriz y hacer de carne y hueso las neuras de toda esta gente que escribe tan bien”, aclara.

Finalizado el camino que han recorrido con Pequeñas coincidencias, el trabajo no cesa, aunque el coronavirus o el temporal Filomena traten de impedírselo. La pandemia ha suspendido algunos proyectos, como sus intenciones de regresar al teatro en 2021. No obstante, se están organizando para volver sobre las tablas el año que viene y esta semana han rodado un nuevo piloto. Además, les gustaría convertir la obra de teatro Amigos hasta la muerte, con la que estuvieron dos años en cartel en Madrid, en una película. Veiga, que escribió la última temporada de Pequeñas coincidencias con sus guionistas en remoto, valora de esta situación: “Hemos podido seguir trabajando. Se caen cosas inevitablemente, pero miras alrededor y dices: ‘Pues no me puedo quejar”.


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