“Necesito alejarme del baloncesto para reencontrar mi camino, reencontrar el amor y la pasión, que es lo que nos mueve a todos”, resume en una entrevista con EFE Marta Xargay, quien ha decidido retirarse indefinidamente del baloncesto profesional.
Xargay (Girona, 20 de diciembre de 1990) apunta que, para ella, el baloncesto “había pasado a ser un sacrificio” y que por eso se ha replanteado si merece la pena seguir en la alta competición: “Ya no disfrutaba, y prefiero dar un paso atrás y frenar, que seguir y no rendir al máximo, y quemarlo todo”.
La escolta catalana, que solo tiene 29 años, se ha acogido a la cláusula de su contrato con el Spar Citylift Girona que le permitía rescindir el vínculo de forma unilateral.
Una decisión inesperada de la que ha sido 147 veces internacional con España, con la que ha ganado tres oros en el Campeonato de Europa (2013, 2017, 2019) dos platas (en el Mundial del 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016) y dos bronces (en el Europeo del 2015 y el Mundial del 2018).
“Estos dos meses (de confinamiento por la pandemia) me han enseñado a vivir el día a día, porque nunca sabes qué puede pasar. Y me han servido para pensar mucho, y para coger este camino”, explica Xargay, antes de lamentar que vivimos “en una sociedad que quiere tenerlo todo siempre controlado” y por eso espera “que esta situación nos haya hecho darnos cuenta de lo que es realmente importante”.
En cualquier caso, Marta Xargay deja en el aire regresar a las canchas en un futuro. “Ahora mismo, ni yo sé si es para siempre o hasta cuando. Ya lo veremos. Ahora quiero vivir el día a día. Ser feliz. Y ver qué es lo que necesito en realidad. Quizás en noviembre ya lo echo tanto de menos que necesito volver, o quizás llega diciembre y veo que no tengo ganas de continuar jugando al baloncesto”, apunta.
Ni siquiera los Juegos Olímpicos de Tokio, que finalmente se disputarán en 2021, condicionarán su decisión: “Aún quedan muy lejos y, aunque todo el mundo quiere estar en unos Juegos, a saber qué puede pasar”.
La jugadora catalana no desea que esta renuncia suene a despedida definitiva “ni mucho menos”, pues recordó que el baloncesto le ha dado “muchísimas cosas” y que quiere “dejar la puerta abierta en todo momento”.
La exjugadora del Perfumerías Avenida (2009-2015), el USK Praga checo (2015-2018) y el Dynamo Kursk ruso (2018-2020), que regresó en enero al equipo en el que se formó y con el que debutó con apenas 17 años, admitió que “los años en la República Checa no fueron fáciles, y todo pasa factura”.
“Desde que volví a Girona, volví a disfrutar como cuando era una niña y estaba mucho más tranquila, pero estas semanas de confinamiento me han abierto los ojos y me han hecho ver que necesito parar”, afirmó Xargay, quien insistió en que se trata de “una decisión muy meditada, muy pensada”, y que, por supuesto, “no es una cosa de un día por otro ni un calentón”.
“Gracias a mi carrera deportiva, tengo la suerte de poder permitirme parar. Coger un poco de descanso, ver las cosas desde la distancia y decidir hacia donde quiero ir”, añade la que es una de las grandes referentes de la mejor generación de la historia del baloncesto español.
“Lo que más necesito ahora es tiempo para mí, para estar bien conmigo misma. Necesitaba tranquilidad, estabilidad, y no estar preocupada ni sentirme esclava de angustias, miedos y presiones”, señala Xargay, una apasionada de la moda.
Por eso sonríe al recordar que ahora podrá involucrarse la tienda de ropa que abrió hace tres años junto a su madre. “Es una de las cosas que más me ilusionan de cara al futuro más próximo. Hace dos semanas abrimos con cita previa, y ahora ya trabajamos con normalidad. Y, además, también estamos con el tema de la web, que a partir de ahora será aún más importante”, concluye.
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