¿Quién dijo que los jugadores cedidos no tienen compromiso? Martin
Odegaard es un ejemplo de lo contrario, por la actitud que está demostrando cada partido en el campo y también fuera de él. El jugador escandinavo acabó el partido de Vigo lesionado en su tobillo derecho debido a una dura entrada del central Jorge
Sáenz en el minuto 93. El crack realista pudo terminarlo, pero lo hizo renqueante, cojeando, echándose la mano en la zona dañada. ¿Baja hoy? Él, desde luego se pondría de titular y lo más normal es que lo sea.
Y eso que Odegaard llegó el lunes a Zubieta todavía muy dolorido, pero ya algo mejor. Y hoy, Imanol
Alguacil ya intuía que su ardor guerrero le iba a llevar a una recuperación meteórica: “Si evoluciona como mejoró del día del partido a ayer, espero que no tenga ningún problema. Estos jugadores están habituados a jugar cada dos o tres días. Si ha evolucionado como espero, tendrá posibilidades de jugar”, dijo, sin tenerlas todas consigo.
Y, efectivamente, Odegaard compareció sonriente junto a Zubeldia, sin muestras de estar lesionado, ni cojera. Sí que se le vio algo cauto en sus movimientos en la parte visible del entrenamiento, pisando fuerte para testar su tobillo dañado, el derecho. Pero viéndole en algún sprint y giros con el tobillo, todo hace indicar que volverá a ser protagonista esta tarde, si es que Imanol no se decanta por aprovechar para rotarle y contar con él con plenas garantías el domingo. En una semana normal, sin un partido cuatro días más tarde y otro tres días antes, habría garantía total de que iba a concursar.
Quedan fuera de toda duda, en consecuencia, el compromiso y la capacidad de sacrificio del cedido sin opción de compra Odegaard, auténtico corazón vikingo.
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