Como justo ahora hace un año, al Espanyol se le atraganta el arranque del mes de marzo, complicándole sus aspiraciones en la Liga, aunque por muy diferente motivo del año pasado al presente.
El empate del viernes en Oviedo, unido a las victorias de Mallorca y Almería, han provocado que el Espanyol se haya quedado fuera de las posiciones de ascenso, cayéndose de la segunda posición donde se encontraba antes de esta jornada.
Ahora es tercero y deberá apretar los dientes en los 14 partidos que restan de LaLiga para volverse a aupar a una plaza de ascenso directo, el único gran reto del año, y evitar así unas eliminatorias de playoff que pueden acarrear sustos muy dolorosos.
Así las cosas, el Espanyol debe apretar el acelerador y encadenar victorias en un mes de marzo en el que no se medirá a ‘gallitos’ del campeonato, por lo que debería aprovechar para sumar de tres en tres y volver a trepar a las plazas de acenso directo. No queda otra pues los directos rivales, tanto por arriba en la tabla, como por debajo, no pinchan. Los de Vicente Moreno visitan al Mirandés el sábado, luego reciben al Logroñés (20 de marzo), se desplazan a Castellón (28) y cierran marzo ejerciendo de anfitriones para el Fuenlabrada (31).
Marzo se atraganta a los pericos y no solo en este curso. Hoy hace justo un año, el 8 de marzo de 2020, el Espanyol jugaba su último partido antes del parón decretado de todas la competiciones por la emergencia sanitaria de la pandemia del coronavirus. Hace hoy un año el equipo blanquiazul caía en El Sadar, dando una lamentable imagen ante Osasuna (1-0) en un partido para olvidar. Y empezaba a cavar en serio la tumba que lo llevaría al descenso.
Hoy la guerra es otra. Pero toca reconducir la nave cuanto antes si se desea volver a Primera División.
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