Más de mil indígenas tzeltales de la Organización Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio y el Gobierno Comunitario marcharon en Chilón, Chiapas, para exigir un alto a la violencia generada por partidos políticos y grupos criminales.
Pascuala Vázquez Aguilar, vocera del Consejo del Gobierno Comunitario de Chilón, expresó a EFE que desde 2017 los pueblos originarios de Chilón y Sitalá acordaron “no más partidos políticos para elegir a sus autoridades”.
Señaló que desde esa fecha han iniciado todo un movimiento de resistencia ante la corrupción institucional y el hostigamiento de la delincuencia organizada.
“Vimos que en los sistemas partidistas lo único que buscan es tener el poder, ganar elecciones y no defender los intereses del pueblo originario, ante eso se buscó un nuevo camino que es el gobierno comunitario incluyente”.
El Gobierno Comunitario anunció que este año más de 6 mil indígenas tzeltales no saldrán a votar en las elecciones nacionales y locales.
Por ello continuarán activos en el camino por el reconocimiento jurídico de la libre determinación de los pueblos originarios.
El contingente estuvo integrado por mujeres, hombres y niños, en compañía de organizaciones civiles, investigadores sociales, médicos, maestros observadores y defensores de los derechos humanos.
Los participantes a la convocatoria caminaron por las principales calles de la localidad portando banderas blancas, verdes, moradas, acompañados de música de tambor, flauta de carrizo y violines hasta el atrio de la iglesia de Santo Domingo donde dieron lectura a las denuncias y postura ante las próximas elecciones.
Portaron mantas con leyendas como ‘No al crimen organizado’, ‘No a la violencia causada por los partidos políticos, cese a todo tipo de violencia’, ‘Fuera el Narco’ y ‘El Gobierno Comunitario ratifica su caminar en defensa de la libre determinación’.
En un mitin el cual exigieron respeto a los derechos del territorio y a la madre tierra, derecho a la consulta previa e informada para los pueblos originarios, vida digna para las niñas, los niños y jóvenes.
Además de empujar la organización comunitaria y rechazar la entrada del crimen organizado y la militarización de los pueblos y territorios originarios.
Esta manifestación se da ante un panorama violento, estructural y ahora una guerra entre organizaciones criminales mexicanas, que se disputan la frontera con Guatemala. (EFE)
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