A pesar de que hay menos coches en la carretera, la cifra de accidentes paradójicamente ha aumentado. Después de poco más de un mes del fin del estado de alarma, el número de siniestros no para de crecer. Un total de 110 personas han muerto (1% más que en el mismo periodo del año pasado), pese a que los desplazamientos han registrado descensos de hasta un 22% con respecto a 2019. La razón: el estrés, la falta de concentración y el sueño. Así lo ha informado este viernes el fiscal jefe de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas.Las cifras dadas están basadas en estudios de al menos tres instituciones como la Universidad de Zaragoza y el Real Automóvil Club de España. Y confirman lo que distintas asociaciones, como la Fundación Línea Directa, alertaron meses atrás: el regreso a la normalidad, sumado a las vacaciones de verano, podía representar una “tormenta perfecta”. A esto se suma lo que Vargas ha calificado como el “fenómeno de efervescencia”: un exceso de confianza con el regreso a la normalidad. Sumado a los estragos de la pandemia como la ansiedad y la fatiga. Según la Fiscalía, estos dos factores han provocado hasta tres de cada diez accidentes.La propia DGT informó en su momento de que durante la Operación Semana Santa hubo un descenso de desplazamientos del 86% respecto de 2019, pero que los fallecidos solo bajaron en un 52%. Otro dato preocupante es el de los 18 fallecidos en el primer fin de semana de la Operación Salida (del viernes 3 al domingo 6 de julio), la cifra más alta en casi un año. El fiscal jefe de Seguridad Vial también ha lanzado una voz de alarma en ese sentido y ha ligado los números de las últimas semanas con “el incremento del turismo nacional” y “la preponderante utilización del coche privado”. Según el CIS, 82,9% de los españoles utilizará su propio vehículo en el periodo estival.No es la primera vez que una autoridad vial alerta sobre este repunte, pero a diferencia de las otras llamadas de atención —como las de la Dirección General de Tráfico (DGT)— esta vez se cuenta con unas explicaciones pormenorizadas. Por ejemplo, otra de las causas que ha proporcionado el incremento de accidentes, según ha informado Vargas, es la falta de mantenimiento de los vehículos durante el confinamiento. Esto se traduce en 3 millones de coches pendientes de pasar la ITV. Además, la media de edad del automóvil de un español roza los 13 años de antigüedad.Otro factor es el de la velocidad. Solo en el estado de alarma, hubo un incremento del 39% en el número de vehículos que iban con una rapidez mayor a la permitida. El fiscal también ha atribuido el fenómeno a la “ilusión e inmadurez” de los conductores más jóvenes que, según ha explicado, suelen exceder los límites de velocidad. Vargas ha señalado que ya se ha pedido a la Guardia Civil que “que extremen los controles” en las carreteras. Solo en este periodo vacacional, el Ministerio del Interior desplegará 15 furgonetas camufladas, 1.300 radares (fijos y móviles), y 218 cámaras que vigilarán los trayectos en las vías interurbanasCuando la DGT lanzó la campaña de concienciación para el verano, el 29 de junio, el director de Tráfico, Pere Navarro, hizo un llamamiento para que la ilusión de volver a las calles no provocara imprudencias en el volante. Es por eso que el lema de 2020 se eligió con un mensaje claramente vinculado a los estragos de la covid-19: “Este país no puede soportar más muertes”. Casi un mes después, la carretera registra un rebrote importante de fallecidos.condenas por conducir con alcoholSeis de cada diez. Ese es el porcentaje de condenas penales que se dictaron en 2019 por la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas. De hecho, un tercio de las acusaciones y condenas penales en España el año pasado fueron por delitos viales de peligro. Según ha explicado el fiscal de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, el Ministerio Fiscal formuló cerca de 87.000 escritos de acusación por este tipo de crímenes. Esta cifra representa el 31% del total de las presentadas por Fiscalía en todo tipo de procesos. Los accidentes de tráfico provocados por el consumo de de bebidas y estupefacientes preocupa a las autoridades viales. Según la DGT, casi la mitad de los conductores fallecidos (45,5%) en 2019 ingirió algún tipo de narcótico.
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