Más dieta mediterránea y menos mitos sobre la pasta


El año 2020 será el año que más nos acercamos a cumplir la dieta mediterránea en casa, ya que hemos tenido la oportunidad de cocinar más, preparar platos tradicionales para toda la familia y volver a los sabores de nuestra infancia. No solo hemos vuelto a comprar frutas y verduras de temporada, sino que durante el confinamiento se duplicó en consumo de pasta en los hogares españoles. De hecho, el volumen de ventas ha pasado de las 216.000 toneladas en 2019 a las 238.000 en lo que va de 2020. Es un alimento recurrente, presente en nueve de cada 10 familias españolas, sobre todo aquellas con hijos de seis a 17 años. Cuando se cumple una década de la declaración de la Dieta Mediterránea como Patrimonio Cultural Inmaterial por parte de la UNESCO, el 25 de octubre se celebra también el Día Mundial de la Pasta.

Siete décadas de pasta a la española

Curiosamente, los deliciosos espaguettis o canelones como los conocemos hoy llegaron a nuestros platos hace siete décadas, de la mano de Pastas Gallo, que diseñó una fórmula a partir de dos ingredientes básicos: sémola (harina de trigo duro molido) y agua, para conseguir la textura y el sabor que se popularizaron entre las familias españolas. No todas las pastas son iguales. Si alguien piensa en los macarrones con tomate o la sopa de fideos de la abuela recuerda enseguida ese sabor reconfortante. ¿En qué se diferencia Pastas Gallo de cualquier otro tipo de pasta? En el desarrollo de variedades de trigo exclusivas, de la mano de agricultores locales, en un proceso que dura más de ocho años y cuyo resultado es el fruto de la calidad máxima constante y del control de toda la cadena de valor.

Pastas Gallo ha ampliado su oferta, incorporando ingredientes como espirulina, kale, zanahoria, remolacha y cúrcuma

Pastas Gallo ofrece, además, una gran variedad de tipos de pasta que se han ido adaptando a los gustos y necesidades del consumidor, incorporando productos sin gluten, integrales, multicereales y multivegetales para aquellos que buscan un bienestar nutricional más completo. Si en los años 50, los canelones y fideos se hacían con harina, que era más pobre nutricionalmente, hoy podemos disfrutar de variedades a partir de la base de su trigo de fórmula secreta. Además, Pastas Gallo ha ampliado su oferta culinaria con innovaciones en otro tipo de pasta, que incorpora nuevos ingredientes como espirulina, kale, zanahoria, remolacha y cúrcuma. Este alimento económico y de fácil preparación se ha adaptado también a los cambios sociales que estamos viviendo y por eso se ha convertido en el plato estrella en 2020.

Mitos y realidades sobre la pasta

En nuestro país consumimos 4,6 kilos de pasta por persona y año, todavía muy lejos de los 29,4 kilos anuales que consume un italiano. ¿Cuál es el mito más extendido sobre este delicioso plato? Su supuesto alto contenido calórico. En realidad, esto va a depender mucho de con qué acompañamos la pasta, y de nuestros hábitos de vida en general. De hecho, aun consumiendo siete veces más pasta por persona, Italia presenta un índice de sobrepeso y obesidad similar al nuestro, incluso ligeramente menor.

Además de aportar los carbohidratos de absorción lenta necesarios para nuestro organismo, el trigo tiene un 20% menos de calorías que el arroz y el doble de proteínas. Un consumo saludable de pasta sería de dos a tres veces por semana, y la cantidad de un cuarto de nuestro plato, según las recomendaciones de los nutricionistas, de otro cuarto de plato de proteínas saludables, y el resto del plato (es decir, una mitad entera) con verduras y hortalizas.

Si además cocinamos nuestro plato de Pastas Gallo al dente y lo acompañamos de alimentos saludables y aliños caseros poco calóricos podremos seguir disfrutando de nuestros tradicionales macarrones de la abuela sin remordimientos.

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