Más fruta y menos cigarros en Logista

Instalaciones de Logista.
Instalaciones de Logista.

“En el comercio electrónico no hay más que ruina”. Lo dijo en el verano de 2019 el fallecido Luis Egido, entonces consejero delegado de Logista. Pensaba que el gigante del reparto español no debía bajar al barro de la entrega puerta a puerta pese a tener una compañía de última milla (Nacex). Su sucesor en el cargo, Íñigo Meirás, que diseñó la expansión internacional de Ferrovial —fue durante una década su consejero delegado— no puede estar más alejado de la idea. “No quiero hablar del pasado, pero tengo muy claro desde el primer día en que entré en esta compañía que uno de los pilares estratégicos tiene que ser el B2C [llegar al consumidor final]”. ¿Eso supone tirar los precios, como creía Egido? “El comercio electrónico es más que Amazon o Alibaba, hay mucha venta directa de grandes fabricantes. No veo a Logista a corto plazo trabajando con Amazon, pero sí nos veo en el canal. Parte de nuestros buenos resultados de 2020 tienen que ver con que nos hemos sabido subir a ese boom”.

La compañía de transporte no deja de ser un gigante con divisiones variadas dedicado a la larga, media y corta distancia. El año de la pandemia ingresó 1.156 millones (descontados aprovisionamientos), prácticamente los mismos que antes de la covid. Con 6.000 empleos directos y otros 8.000 indirectos, distribuye en 250.000 puntos de entrega en Francia, España e Italia todo tipo de productos, desde medicamentos a libros. Pero su negocio fundamental, que genera más de la mitad de la facturación, sigue siendo el tabaco (tiene la mayor cava de puros del país y sirve a 13.000 estancos solo en España). Hija del monopolio de Tabacalera —de la que se segregó en 1999—, Imperial Brands (dueña de las marcas Winston, Drum, Davidoff o Rizla) cuenta con poco más del 50% de las acciones, y la gestora de fondos de pensiones Capital Group es su segundo mayor accionista.

Meirás aterrizó en un momento complicado, a pocos meses de que estallase la pandemia, pero se siente cómodo en un grupo que quiere reconfigurar con nuevas directrices estratégicas. Visto que el tabaco no es precisamente un negocio de futuro, más allá del comercio electrónico quiere tocar otros palos en el mundo del transporte y ahondar en su división de farmacia. Siempre con distribución de productos que necesiten cierta complejidad en el manejo, ya sea por la trazabilidad o para garantizar la cadena de frío.

“Estamos estudiando cómo meternos en el boom hortofrutícola de España, donde las exportaciones al resto de Europa superan los 14.000 millones. En España sigue creciendo la superficie de cultivo y está mejorando la productividad del campo. En el transporte de frutas y hortalizas hay mucha atomización y ahí Logista tiene una estructura con la que podemos competir bien”. ¿Una idea que convence a sus accionistas? “Se ha discutido en el consejo y están de acuerdo en que debemos avanzar por ahí”.

Distinguirse por distribuir un producto cancerígeno tampoco parece ser muy interesante para el mercado. La cotización de la compañía no está recuperando los niveles anteriores a la pandemia (está un 15% por debajo), pese a haber conseguido un beneficio de 157 millones (solo un 4% inferior al de un año antes), haber recuperado el dividendo o carecer de deuda, y eso preocupa a Logista cuando otras empresas comparables sí están volviendo a la normalidad de sus valoraciones. Meirás lo achaca a su carácter de cotizada de capitalización media en un momento alcista de otros sectores, como el tecnológico, con crecimientos en valoraciones espectaculares. También reconoce que pesan los criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza). “No somos una compañía tabaquera, somos una compañía logística que viene del mundo del tabaco. Tenemos una plataforma muy buena para crecer y expandir esa experiencia a otros sectores”, defiende.

La gobernanza es otro de los puntos que los inversores miran con lupa, y ahí Logista siempre ha tenido abiertas las puertas a los políticos en su consejo. Ahora se sientan en él la exministra socialista Cristina Garmendia y Pilar Platero, que fue subsecretaria del Ministerio de Hacienda y presidenta de la SEPI bajo la presidencia de Mariano Rajoy. Para el consejero delegado, ambas aportan una gran experiencia y cumplen con la legislación en cuanto a conflictos de interés: “Si en un pool de candidatos entran personas de la política que pueden valer no les debería restar que hayan ejercido responsabilidades”, señala.

La contaminación del transporte por carretera es otro de los aspectos que quiere atacar. Ahora más del 75% de la flota con la que trabajan —formada por camioneros autónomos— cuenta con etiquetas Euro 5 o Euro 6, “en términos de carburantes tradicionales, son los menos contaminantes”. Su siguiente paso será incorporar vehículos híbridos, principalmente en el entorno de las ciudades y mucho después llegarán los camiones propulsados íntegramente por combustibles limpios, como el hidrógeno verde. ¿Cuándo? “Honestamente no creo que sea antes de diez años”, admite Meirás.

Millones de dosis

Si bien han perdido envíos en el negocio de libros y publicaciones (la covid supuso un golpe de 14 millones en el resultado de explotación), la moneda ha salido de cara con su división de fármacos. Antes de distribuir las vacunas de la covid manejaba 146 millones de dosis de vacunas veterinarias (tiene 11 almacenes de frío en España), y cerca del 60% estaban a -70 grados. Así que les ha sido relativamente sencillo asegurar el traslado de los viales de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. “En el futuro vamos a jugar un papel importante, pero eso no se va a traducir en un incremento de resultados espectacular porque seguimos con las mismas tarifas”.


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