En el Sevilla empiezan a pensar que se han equivocado con el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que la sociedad presentó con afectación para 360 trabajadores. Si el pasado fin de semana la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, avisó en el sentido de que es una medida incompatible con el reparto de dividendos entre sus accionistas, ahora pueden llegar nuevas consecuencias que pondrían en serio peligro los fines fundamentales de una sociedad anónima deportiva, su capacidad para competir.
Aunque es una medida legal, sí que es cierto que el ministerio de Trabajo y el de Hacienda han avisado que inspeccionarán y fiscalizarán los gastos de aquellos clubes que se hayan acogido a las ayudas del Estado para paliar los rigores de la crisis del coronavirus por la vía del ERTE, especialmente en materia de fichajes.
De momento no se sabe mucho más, pero tocar el tema de los fichajes son palabras mayores para un club que cuenta con Monchi como director deportivo pagándole además una millonada y que tiene en la compra-venta de jugadores su principal modelo de negocio.
De momento el Gobierno ya ha avisado que vigilará de cerca los movimientos de los ocho clubes que han presentado un ERTE en Primera División, entre ellos el Sevilla junto a Barcelona, Atlético de Madrid, Alavés, Valencia, Espanyol, Granada y Osasuna.
Hay que recordar que esta temporada el Sevilla es de los equipos que más han invertido en fichajes, nada menos que 160 millones de euros, 140 en verano y 20 en invierno, a lo que habrá que sumar otros 21 que está obligado a pagar al Milan por Suso si se confirma que el equipo de Lopetegui va a la Champions, si bien ya iría al siguiente ejercicio en la cuenta de gastos.
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