A las once de la noche de hoy, la Real puede ser matemáticamente equipo europeo o ser octava y depender de otros para alcanzar el objetivo continental. Así de crucial es el encuentro que esta noche (21.00 horas, Anoeta, Movistar) disputa la escuadra txuri urdin ante un Sevilla que viene lanzado, como un cohete, pero al mismo tiempo con los deberes hechos. Es una auténtica final y un posible ‘match ball’ en la penúltima jornada, con una premisa clara: si la Real gana y el Athletic no hace lo propio a la misma hora en Bilbao ante un Leganés que se juega la vida, se asegurará por lo menos el séptimo puesto, que ofrece plaza en la Europa League con la necesidad de superar previamente tres eliminatorias previas a partido único. El equipo de Imanol llega estimulado anímicamente por su gran partido y victoria en Villarreal, pero devastado físicamente por las lesiones, los problemas musculares de una parte de la plantilla y el cansancio de sus mejores jugadores. Sólo quedan dos partidos, ante Sevilla y Atlético de Madrid, cuarto y tercero, para culminar el éxito que sería ir a Europa. Se necesitan cuatro puntos para estar seguros, pero con los tres de hoy podrían valer. Aunque pierda, la Real llegará viva a la última jornada.
Si ganar hace tres días a un Villarreal que iba como una moto fue una especie de hazaña, no lo será menos derrotar hoy a un Sevilla que ha descansado 24 horas más, que apenas tiene bajas y que suma cuatro victorias consecutivas y 13 encuentros seguidos sin perder -récord histórico de los hispalenses-. Ni a Imanol, un positivista irredento, se le vio demasiado convencido ayer. Y eso que el equipo de Julen
Lopetegui viene con los deberes hechos, tras haber certificado su participación en la próxima edición de la Champions, su objetivo prioritario. Su reto actual es quedar por encima del Atlético de Madrid, con el que está empatado a puntos.
El entrenador de la Real pedirá un último esfuerzo a los suyos, consciente de que están al límite. Está dispuesto a asumir riesgos con los jugadores más dudosos como Monreal, Isak, Zaldua u Odegaard con tal de que puedan hacer su última aportación por esta temporada. El noruego fue titular hace tres días y acabó muy dolorido.
La convocatoria, hoy
El técnico de la Real no quiso dar ninguna pista ayer y no dará la convocatoria hasta una hora antes del encuentro de hoy. Tiene a futbolistas exprimidos como Oyarzabal y Merino, a otros en la frontera de la extenuación como Portu, Zubimendi o Le
Normand, pero también piernas ligeras como las de Barrenetxea o Gorosabel.
Es curioso porque la Real llegó al confinamiento con sólo un punto menos y un puesto peor que el Sevilla, que era tercero. Pero en estos nueve partidos, los andaluces han puesto tierra de por medio, casi un continente, 12 puntos, toda vez que han ganado cinco y empatado cuatro de los nueve partidos disputados. Ni una mancha en forma de derrota.
Queda por saber si Lopetegui, con el gran premio de la Champions ya en su bolsillo guipuzcoano, dosificará o no a futbolistas indiscutibles como Jesús
Navas, jugador de campo con más minutos en LaLiga, u Ocampos, un auténtico avión reactor que suma 14 tantos en su primera campaña en Liga. Sólo tiene lesionados a Escudero, el portero Vaclik y Corchia. El técnico de Asteasu dijo que ya mira de reojo a la Europa League, pero quiere ser tercero.
La Real se juega su temporada liguera en otra noche desangelada sin su gente en Anoeta. Con las butacas azules desocupadas por culpa del COVID, ha ganado un partido, empatado otro y perdido tres. Quizá no lo mereció ante Madrid, Celta y Granada, pero cayó. La participación continental, por ilusión de la parroquia, prestigio e ingresos, merece un último esfuerzo. El penúltimo.
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