“No es roja porque pito yo”. Es la frase que se ha podido leer este sábado por la noche de los labios de Mateu
Lahoz cuando a los 71’ de partido sancionó con tarjeta amarilla un derribo de Martín
Montoya a Carrasco cuando este encaraba la portería defendida por Claudio
Bravo.
La jugada podía ser merecedora de tarjeta roja directa, pero Mateu la vio perfectamente en el campo, la señaló y sancionó al jugador bético con tarjeta amarilla, pese a las protestas de los colchoneros. En estas, Mateu recibió el aviso por el pinganillo de González Fuertes -un árbitro que ya se la lió dos veces al Betis la pasada campaña desde el VAR, ante Villarreal y Getafe-, que instó al valenciano a revisar por televisión la jugada que ya había visto sobre el campo y apreciado que era merecedora de amarilla. Pese a ese altivo “no es roja porque pito yo”, Mateu rectificó su error técnico -el VAR no está para eso, sino para los errores de apreciación- y acabó expulsando a Martín
Montoya.
Tres expulsiones
El Real
Betis ya es líder en solitario de expulsiones sufridas en lo que va de Liga, con tres, dos de ellas a instancias del VAR, pues en el Real
Betis-Real Madrid el colegiado De
Burgos
Bengoetxea no señaló en principio ni falta de Emerson sobre Jovic -no debió verla- y luego castigó con roja la acción tras ser advertido para que la revisara. Hoy Mateu sí vio la jugada y que Montoya era el último hombre, pese a lo cual le mostró amarilla y luego, a instancias del VAR, roja.
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