La Neta Neta

Max Verstappen arrasa y Lando Norris seduce

Max Verstappen y Lando Norris celebran el primer y tercer puesto, respectivamente.
Max Verstappen y Lando Norris celebran el primer y tercer puesto, respectivamente.LISI NIESNER / Reuters

Lando Norris ha sido capaz de conseguir un par de cosas que hace un par de años parecían imposibles. Por un lado, devolver a McLaren a la zona caliente de las carreras, esa en la que se disputan los podios de forma habitual. Por el otro, hacer que Daniel Ricciardo parezca el piloto serio del equipo. Ambos logros convierten a este veinteañero en la pieza más codiciada del Mundial de Fórmula 1, entregada a los personajes que son capaces de enganchar al público más joven, algo que le sale natural a este chavalín de Bristol tan simpático delante de las cámaras como letal con el volante en las manos.

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Este domingo, en la segunda cita consecutiva en el Red Bull Ring, Norris compartió el foco de atención con Max Verstappen, que corría en casa y que lo hizo como tal, sin nadie que se le acercara a discutirle el triunfo, el quinto del curso para él y el tercero consecutivo. Esta racha, combinada con el cuarto puesto de Lewis Hamilton, lleva al holandés a pegar un tirón al frente de un Mundial, que ahora pasa a liderar con más de un gran premio de margen sobre el actual campeón, medio grogui y sin capacidad de respuesta. Valtteri Bottas terminó segundo, justo por delante de Norris, que completó el podio tras apañárselas para minimizar el impacto de una sanción de cinco segundos que le impusieron por empujar fuera de la pista a Checo Pérez nada más comenzar (cuarta vuelta).

Carlos Sainz jugó a la contra –fue uno de los dos que comenzó con las gomas más duras– y cruzó la meta el sexto, pero una doble penalización al mexicano de Red Bull –hizo lo mismo que Norris pero dos veces– le recolocó el quinto en la tabla de tiempos definitiva, en la que Fernando Alonso finalizó el décimo.

La exhibición de poderío de Verstappen y Red Bull dio miedo en Spielberg, donde el chico de Hasselt dominó de cabo a rabo. Tan es así que firmó el primer Grand Chelem de su trayectoria. Con este término se conoce al piloto que gana una prueba tras arrancar desde la pole y que, por el camino, se adjudica la vuelta rápida y lidera cada una de las vueltas. Los 18 segundos que le separaron de Bottas son la constatación del paseo que se dio, más aún si tenemos en cuenta que realizó una segunda visita a los garajes para apuntarse esa vuelta rápida. En cualquier otra circunstancia, una hazaña de tal calibre aglutinaría la mayor parte de los piropos. Y, sin embargo, el público se entregó a Norris, seguramente consciente como es la hinchada de la dimensión que está adquiriendo este corredor, capaz de despertar la admiración del propio Hamilton. “¡Qué bueno es Norris!”, soltó por la radio el de Mercedes, exigido al máximo por su compatriota en la primera fase de la carrera.

En su tercera temporada en el campeonato, el británico roza la excelencia cada vez que se sube a un coche que cada día va mejor, revitalizado como está McLaren, tras emerger de la etapa más oscura de su historia. En Austria, Norris sumó el cuarto podio de su vida después de salir por primera vez desde la primera línea, otra de esas señales que dan la razón a la escudería de Woking, que apostó por él desde el primer momento y que fue lo suficientemente hábil como para atarle con vistas a un futuro a medio plazo que cada vez llama más la atención.

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