Mayo es el mes del Sevilla. Raro es el día que no tiene la efeméride de un título y se prepara para vivir otro, el séptimo de una competición de la que es el dominador absoluto. El club ya prepara una movilización de su hinchada a Budapest, lugar de peregrinación de este mayo en otra final apasionante ante la Roma de Mourinho como fueron Eindhoven, Glasgow, Turín, Varsovia y Basilea en 2006, 2007, 2014, 2015 y 2016. No cuenta Colonia pues en 2020 la pandemia de Covid impidió el desplazamiento de aficionados.
La locura que desató el épico triunfo del pasado jueves ante la Juventus, remontada y prórroga incluidas con los golazos de Suso y Lamela sigue presente en la capital hispalense, donde media ciudad no habla de otra cosa. La otra calla. Y eso que hay un derbi en tres días.
Pero el Sevilla sigue a lo suyo. El club ya trabaja en la preparación de la final y en el desplazamiento de sus aficionados a la capital húngara. Más de 15.000 entradas tendrá la afición sevillista, para ser exactos 15.334, según confirmó el presidente, José Castro, en una rueda de prensa. “Dar las gracias a la afición del Sevilla, por su comportamiento sobre todo en las dos últimas eliminatorias ante el Manchester Unted y la Juventus. Siendo dos potentes equipos económica y deportivamente, hemos sido capaces de doblegarlos demostrando ser el rey de la Europa League. Porque sólo el rey de la Europa League puede ganar a equipos de ese potencial”, comentó orgulloso.
Seguidamente, el máximo dirigente prácticamente garantizó que cualquier abonado o socio sin asiento que quiera ir podrá estar en la final. “Estoy convencido de que cada abonado y socio en cualquier modalidad podrá optar a una entrada contando con las finales anteriores”.
Y el esfuerzo que va a hacer el club no es pequeño, ya que va a destinar un millón de euros, según Castro, en ayudas para los gastos de viaje. Cada sevillista que contrate una de las 5.000 plazas en los vuelos chárter que va a fletar se bonificará en 200 euros.
La pasión ya está desatada entre la hinchada. La temporada ha sido el mejor ejemplo del lema que lleva a gala. El Sevilla es un equipo que “nunca se rinde” y la llegada de Mendilibar no ha hecho más que despertar una ilusión perdida. Pero lo ha hecho a lo grande. En un mes y medio, de abril a mediados de mayo, el cuadro hispalense se ha convertido en el mejor equipo de la Liga en ese periodo: 19 puntos de 24 posibles.
Ahora de nuevo está el gusanillo de los mayos europeos. El 31 era una fecha libre en las efémerides de los títulos.
De local y de blanco
También confirmó el Sevilla en la comparecencia de prensa en la que explicó el proceso para la compra de entradas (cuyos precios oscilarán entre los 40y los 150 euros) que en la final de Budapest ejercerá como local y que, por tanto, vestirá su primer uniforme, totalmente de blanco frente al habitual encarnado de la Roma.