Mbappé lidera el triunfo del PSG ante la Juve

Como cada año por estas fechas, Europa aprueba la candidatura del PSG a la Champions. Ya habrá tiempo para ratificarlo o no, pero en septiembre se ha ganado ese derecho. El triunfo ante la Juve (2-1) confirma las buenas sensaciones que ha dejado el equipo de Christophe Galtier en este arranque de temporada, en el que el tridente tiene el colmillo afilado. Dos tantos de Mbappé en el primer tiempo fueron renta suficiente para sobrevivir tras el descanso.

Se encontró el PSG a una Juve sin demasiada chispa, arrinconada y con escasez de recursos. Como buen brasileño que es, Neymar bailó una y otra vez con el balón hasta desesperar a sus rivales, impotentes ante un pase de cuchara que sirvió para que Mbappé voleara: 1-0. Puede que no sean amigos del alma como explicó el francés en la antesala del encuentro, pero hablan el mismo idioma sobre la cancha y eso le basta a este PSG.

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Hubo una brecha enorme entre ambos equipos de entrada. La buena presión del campeón francés impidió que la Juve recibiera el balón con comodidad. La única vez que pudo hacerlo tampoco le acompañó la suerte. Una triple ocasión desbaratada por Donnarumma fue el pobre balance ofensivo de un cuadro que atraviesa una crisis de identidad. Ya no es temible en Europa, ha aceptado un papel secundario en el continente y ni siquiera se le vio rebelde.

Al toque, el PSG se lo pasó en grande. Una gran triangulación propició el segundo de Mbappé, que tras una devolución de su socio Achraf remató con el empeine: 2-0. Un contexto favorable para el brillo de Messi. Sin mucha exigencia, el argentino embolsó el balón y apareció indistintamente por izquierda y derecha, adueñándose de un partido cómodo hasta el descanso, en el que el PSG fue ampliamente superior.

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Sin embargo, Donnarumma dio una vida extra a la Juve. Una salida en falso en un córner habilitó el tanto de McKennie con la testa: 2-1. Fueron los peores minutos de un PSG un tanto despistado, vulnerable cuando le quitaron el balón. El choque pasó por una fase intermitente, comprometido a veces el cuadro de Christophe Galtier, al que le costó abrochar el triunfo. La Juve despertó, y por primera vez en toda la noche creyó en alcanzar el empate.

El segundo tiempo expuso las carencias de un PSG que aún no está hecho. Juega bien, pero le falta continuidad. A falta de diez minutos, y ante la amenaza de una Juve que se asomó peligrosamente a Donnarumma, Christophe Galtier no dudó en cambiar a un cansado Messi para que entrara en su lugar el debutante Carlos Soler. Un movimiento que con Pochettino era impensable. Ahora las estrellas saben que ya no son intocables.

Neymar tuvo la sentencia en sus botas. Mbappé también. Y eso añadió más suspense a unos últimos minutos de infarto para el PSG. De un primer tiempo primoroso a un segundo igualado en el que la Juve creció, aunque solo fuera por orgullo histórico. Le faltó más precisión para estropearle la noche al equipo francés, que se apunta el primer triunfo de esta Champions, a la que presenta como cada año su candidatura al trono.