Mientras el PSG retenga a Mbappé todo puede pasar. Desquiciado por la prematura eliminación en la Champions, el internacional francés intervino en el último suspiro contra el Brest gracias a una asistencia de Messi para rubricar un triunfo gris: 1-2. Pobre imagen del campeón, un equipo mal confeccionado con un banquillo que no ofrece alternativas. Si el PSG no cae en picado es porque aparecen sus estrellas, aunque las sensaciones siguen sin ser buenas ni positivas.
Cuando Christophe Galtier dijo ayer que no se puede banalizar la liga, quizá olvidó trasladar ese recado al vestuario. El PSG jugó en Brest más por compromiso que por placer, en fase de asimilar el fiasco en Champions. Las caras, aún de tormento, explicaron el calvario por el que pasa el vestuario parisino. Todo se hace cuesta arriba sin la ilusión de Europa, un sueño arrebatado por el Bayern que pone a todo el club frente al espejo.
Contra un Brest demasiado encogido, el PSG llevó el peso del choque sin ser una apisonadora. Un remate de Carlos Soler a la madera indujo a su rival a cerrarse más aún, pero el campeón estuvo algo obtuso hasta el 0-1. Un tanto que llegó después de un remate envenenado de Mbappé, mal rechazado por el arquero del Brest. Carlos Soler, el más despierto en el área, probó con acierto en segunda instancia con la zurda. La celebración fue contenida.
No está para muchas fiestas el PSG, sostenido en defensa por Sergio Ramos. En un contragolpe del Brest, sin embargo, quedó petrificada toda la zaga parisina. Del Castillo asistió en profundidad a Honorat para que el francés definiera bien ante Donnarumma: 1-1. Poco rastro hubo de Messi y Mbappé durante el primer tiempo, aburridos en liga por mucho que Christophe Galtier insista en convencer a su gente de que ser campeón en Francia no es tan fácil como parece.
El PSG es un equipo roto, escenificado en el segundo tiempo. Sin continuidad en el juego, se aferró a los momentos. Un remate de Leo, otro de Kylian y alguna llegada por sorpresa del correcaminos Nuno Mendes. Sin ser mucho mejor que el Brest, Mbappé ejerció de apagafuegos para rescatar una vez más a su equipo. En un contragolpe cuando agonizaba la noche, Messi conectó con el francés, que regateó al arquero para firmar un triunfo en el que apenas se puede poner en valor los tres puntos. Kylian evita otro incendio.
Brest, 1
Bizot; Fadiga (Hérelle, 80’), Dari, Duverne, Brassier; Lees-Melou; Honorat, Magnetti, Belkebla, Del Castillo (Lemaréchal, 75’); Mounié (Le Douaron, 67’)
Entrenador: Éric Roy
PSG, 2
Donnarumma; Pembélé (Juan Bernat, 75’), Sergio Ramos, Danilo, Nuno Mendes; Verratti, Zaïre-Emery (Renato Sanches, 89’), Fabián Ruiz (Vitinha, 75’); Carlos Soler (Ekitike, 80’), Messi, Mbappé
Entrenador: Christophe Galtier
Goles: 0-1, Carlos Soler (37’), 1-1, Honorat (43’), 1-2, Mbappé (90’)
Árbitro: Marc. Bollengier. Amonestó a Mbappé (85’), Belkebla (85’)
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