Zlatan Ibrahimovic está muy cerca de volver a jugar después de más de ocho meses apartado de la competición por lesión. Podría ser este mismo viernes ante el Torino, en casa. El delantero sueco del Milan, de 41 años, sigue con la confianza y la autoestima intacta: “Sigo siendo Dios, sigo siendo el número uno”, ha dicho a Mediaset Italia.
“Me siento muy bien. He vuelto al grupo y me siento libre, tanto dentro como fuera del campo. He hecho todo lo posible para ayudar al entrenador, a los jugadores y al club desde fuera durante este tiempo. He sido paciente”, explica.
A Ibra no le afectan las críticas que ha recibido a l largo de su carrera: “¿Las críticas? Si no las recibes es que no estás en la cima. Me han criticado durante 25 años porque soy el número uno. Me he acostumbrado. Es como echar gasolina al fuego”. Eso sí, añade que “mi reaparición no tiene que ser por caridad. Si voy a jugar, tiene que dar resultados”.
Cuestionado de nuevo por si se plantea el retiro, es claro como siempre: “A mis 41 años todavía me quedan muchos capítulos por escribir porque la calidad no desaparece. Mi cuerpo cambia, la preparación física es diferente, pero la calidad se mantiene. En mi caso, nada cambia”.