Jaume Roures, socio fundador del grupo Mediapro, ha reconocido en una nota de prensa que responsables de la compañía pagaron mordidas millonarias a altos directivos de la FIFA para obtener los derechos televisivos del Mundial de fútbol. En 2018, la empresa de Roures fue condenada a pagar una multa de más de 20 millones de euros por el conocido como ‘FIFA Gate’ y la Justicia de Nueva York le obligó a admitir públicamente la condena.
La nota de prensa que ahora publica el empresario dice lo siguiente: “Imagina (holding de Mediapro) reconoce su responsabilidad, como persona jurídica, por la conducta delictiva de sus representantes; que dicha conducta delictiva de la que Imagina fue responsable incluyó el pago de sobornos para la compra de los derechos audiovisuales de la fase de clasificación en las regiones de Centroamérica y Caribe (CONCACAF) para los Campeonatos del Mundo de fútbol de 2014, 2018 y 2022 (conjuntamente, los ‘Derechos de los Clasificatorios’) vulnerando la legislación de los Estados Unidos”.
Explica que “en dicha conducta delictiva estuvieron implicados tres empleados, dos de los cuales se declararon culpables del pago de numerosos sobornos, y el tercero, un ex co-Director General de Imagina, aceptó el pago de un soborno de 1,5 millones de dólares, a fin de adquirir los Derechos de los Clasificatorios y autorizó, dirigió y facilitó el pago de 500.000 dólares de dicha cantidad total. Los tres fueron despedidos y apartados del Grupo Imagina o cualquiera de sus filiales desde diciembre de 2015”.
Mediapro se vio obligado a pagar una multa de más de 20 millones de euros (25 millones de dólares) por el caso de los sobornos a directivos de la FIFA, a fin de conseguir los derechos audiovisuales del fútbol. Con aquel desembolso de dinero se evitaba que las autoridades judiciales americanas siguieran investigando las conductas delictivas del grupo, algo que preocupaba a Roures y a su socio Tatxo Benet, los máximos responsables de Mediapro e Imagina.
Unas maniobras que investigaron los agentes del FBI durante más de tres años y que la Fiscalía de Nueva York completó para presentar los cargos de fraude. Mediapro, por tanto, se vio obligada a asumir los delitos de los sobornos a altos cargos de la FIFA para hacerse con las retransmisiones de los partidos de fútbol de la fase de clasificación de los Mundiales de 2014, 2018 y 2022.
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