WASHINGTON — Paul Manafort, exjefe de la campaña presidencial de Donald Trump, cometió delitos que laceraron “el corazón del sistema de justicia penal” y durante años engañó a todos, desde sus contadores y bancos hasta fiscales federales y “miembros del poder ejecutivo del gobierno de Estados Unidos”, de acuerdo con un memorando de sentencia presentado el sábado por la oficina del fiscal especial Robert Mueller.
El memo, presentado en uno de los dos casos penales contra Manafort, no toma una postura sobre cuánto tiempo debería pasar en prisión o si el castigo debiera cumplirse de manera simultánea o posterior a una sentencia que pronto recibirá por otro caso en Virginia.
Pero sí muestra a Manafort como un criminal que no se ha arrepentido, que viene cometiendo fechorías desde hace mucho y que cometió crímenes “osados” —algunos de los cuales los cometió siendo jefe de la campaña de Trump y otros después de salir libre bajo fianza— y como alguien que no merece ninguna indulgencia.
“Durante más de una década, Manafort violó la ley repetida y descaradamente”, escribieron los fiscales. “Siguió cometiendo crímenes mientras le eran presentados cargos por primera vez en octubre de 2017 e increíblemente no paró tras ser encausado”.
Citando las mentiras de Manafort al FBI, varias agencias del gobierno y su propio abogado, los fiscales dijeron que “tras salir de prisión, Manafort presenta un enorme riesgo a reincidir”.
El memorando fue presentado en una corte federal en Washington, donde Manafort se declaró culpable en septiembre de dos cargos de conspiración derivado de su trabajo como asesor político en Ucrania.
Como parte del acuerdo al que llegó con la fiscalía, reconoció que había sobornado a testigos aun después de que le fueron presentados cargos por alentar a los testigos a cambiar su testimonio.
Según los fiscales, después del acuerdo Manafort mintió varias veces a investigadores sobre varios asuntos, entre ellos su comunicación con Konstantin Kilimnik, asociado comercial que según las autoridades estadounidenses tiene vínculos con servicios rusos de inteligencia. Esas mentiras anularon el acuerdo con la fiscalía.