Mendizorrotza, test de Champions


Clasificarse para la Champions nunca fue sencillo, exige hazañas y sobreponerse a tesituras complicadas. Un equipo como la Real que aspira a quedar entre los cuatro primeros debe plantarse hoy en Mendizorrotza con el único propósito de ganar ante el 15º clasificado. Para defender su plaza de privilegio es necesario obtener la primera victoria post-confinamiento tras el fiasco que supuso igualar el pasado domingo ante un gran Osasuna en Anoeta. Los txuri urdin contaban con esos tres puntos para aumentar su colchón, pero no los lograron y tienen el riesgo de dormirse en él si no se resarcen esta tarde (19.30 horas) ante un Alavés de Asier
Garitano deseoso de venganza. Los de Imanol están obligados a doblegar a su rival con la ausencia del jugador quizá más insustituible de la plantilla, que es Mikel
Merino, sancionado tras ver la quinta amarilla, y con menos alternativas en el banquillo dadas las nuevas lesiones de Barrenetxea e Illarra, al que el entrenador pensó en hacer reaparecer contra Osasuna.



Imanol, no obstante, no quiere poner excusas y desea una versión más enérgica y completa de su equipo con respecto a la del pasado domingo. No le va a quedar más remedio que introducir novedades y no sólo por la baja de Merino, sino porque dentro de tres días reciben en Anoeta nada menos que al Real Madrid, contra el que hay que plantarse en plenitud de condiciones para aspirar a vencer. Se esperan rotaciones que escenifiquen la supuesta amplitud de la plantilla.

El técnico, sin Merino por sanción y sin Barrenetxea, Illarramendi, Guevara y Sangalli por lesión se vio obligado a convocar a seis jugadores del Sanse: Roberto
López, Pacheco y Zubimendi, que ya fueron reclutados ante Osasuna, más Zubiaurre, Näis
Djouahra y Lobete. No sería raro ver en acción a alguno de ellos.

La gran duda estriba en saber cómo resolverá Imanol la ausencia de Merino. Sin trastocar su esquema habitual, podría echar mano de jugadores como Oyarzabal, Januzaj o el propio Roberto
López para acompañar a Zubeldia y Odegaard en la medular. La otra alternativa es Zurutuza, al que el míster dice que ve bien, pero parece una opción más remota dada su inactividad. Futbolistas como Gorosabel, Llorente, Aihen, o Isak también podrían tener su oportunidad.

La clasificación del Alavés, decimoquinto, invita a pensar que puede ser una víctima accesible, pero sus números en casa son considerables: sólo ha perdido tres partidos de 14 y ha ganado seis. Es el quinto equipo que menos tantos encaja en su feudo (11 en esos 14 encuentros). Eso sí, perderán una de sus bazas fundamentales, su incondicional público que convierte Mendizorrotza en una caldera. Hoy será una nevera.

Garitano, con toda su artillería

Pero seguro que lo que más aprecia Garitano es el poder recuperar a sus dos artilleros, Lucas
Pérez y Joselu. El Alavés naufragó el pasado fin de semana ante el Espanyol porque no contó con sus dos estiletes (que han marcado el 69% de sus goles, 20 de 29) y por la absurda y temprana expulsión de su portero Pacheco, que hoy será baja por sanción. Los únicos babazorros lesionados son Ely y Aleix
Vidal.

La Real llega con el aval de haber ganado sus dos últimos partidos en Mendizorrotza (0-2 en la 17/18 y 0-1 en la 18/19) y de salir victorioso de su última comparecencia fuera de casa, que fue la primera sin público, en Ipurua (1-2). Imanol, no obstante, es consciente de que Garitano les habrá estudiado tan al detalle como Jagoba y apretarán arriba para ahogar su salida de balón.

Es una prueba de madurez para esta Real joven y ambiciosa. Hay bajas, pero los Oyarzabal, Odegaard, Portu, Januzaj, Isak y compañía siempre ofrecen garantías. La Champions League no admite más concesiones.


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