Mensajes internos de Boeing revelan las dudas sobre el 737 MAX: “Está diseñado por payasos supervisados por monos”



La crisis que vive el fabricante estadounidense de aviones Boeing tras los dos accidentes aéreos del modelo 737 MAX, en los que fallecieron 346 pasajeros, se agravó ayer tras la difusión en el Congreso de EE UU de mensajes internos de trabajadores de la compañía ridiculizando los controles de seguridad del aparato: “Este avión está diseñado por payasos, quienes, a su vez, son supervisados por monos”. En otros correos electrónicos se jactan de conseguir la certificación para volar con la mínima capacitación adicional de los pilotos.

Cientos de mensajes de empleados de Boeing sobre el 737 MAX ponen aún más en entredicho la viabilidad del modelo llamado a ser el más exitoso en la historia de la aviación comercial a juzgar por el número de pedidos que acumulaba antes de que se produjeran los dos accidentes mortales.
En ellos, los trabajadores del fabricante aeronáutico no dejan títere con cabeza. Lo mismo muestran sin disimulo los intentos de eludir el escrutinio de los reguladores que ridiculizan las virtudes técnicas del avión o la ausencia de controles de la compañía y de la propia Administración Federal de Aviación (FAA), la autoridad encargada de certificar el aparato, así como de los reguladores de aviación extranjeros.
Los mensajes se han conocido después de que el fabricante enviase en diciembre documentación interna a los legisladores del Congreso y el Senado estadounidenses que investigan el procedimiento que permitió la entrada en servicio del 737 MAX. Las comunicaciones entre empleados de nivel técnico de Boeing, algunos ingenieros, parecen sugerir que la FAA autorizó la puesta en marcha del nuevo modelo de la compañía con información falsa.
“¿Pondrías a tu familia en un avión entrenado con un simulador MAX? Yo no lo haría”, dice en uno de esos mensajes el 8 de febrero de 2018, antes del primer accidente, un trabajador a otro compañero. “No”, responde el receptor. La frase de los payasos y los monos data de 2017, según The New York Times. “Dios todavía no me ha perdonado por lo que oculté el año pasado”, asegura otro mensaje de un trabajador en referencia a las comunicaciones con la FAA durante el proceso de autorización del nuevo modelo del fabricante estadounidense.
Los mensajes revelan problemas en los simuladores, que reproducen condiciones de vuelo reales. Cuando se certificó el 737 MAX en mayo de 2017, Boeing logró convencer a las autoridades estadounidenses de que los pilotos no necesitaban capacitación en el simulador y que una actualización del ordenador era suficiente. Uno de los argumentos comerciales de Boeing para vender el MAX a las aerolíneas fue que ahorrarían dinero porque no habría necesidad de entrenar a los pilotos acostumbrados al 737 NG, según un folleto de promoción que AFP vio en noviembre.
Boeing había dicho a las aerolíneas que sus pilotos solo tendrían que seguir un curso de una hora en una tableta electrónica para adaptarse a la nueva versión del 737. El fabricante anunció esta semana que recomendará a los pilotos hacer el entrenamiento con simulador antes de que el 737 MAX pueda retomar los vuelos.
El 737 MAX ha estado inmovilizado desde marzo, después de que un vuelo de Ethiopian Airlines se estrellara cinco meses después de un accidente similar de Lion Air. Los dos accidentes se saldaron con 346 muertos. La FAA dijo que los mensajes no plantean nuevos problemas de seguridad, si bien “el tono y el contenido de algunos textos recogidos en los documentos es decepcionante”.
Boeing calificó de “completamente inaceptables” los comentarios, que dijo que no representan los “valores” de la compañía. “Nos disculpamos con la FAA, el Congreso, nuestros clientes y los pasajeros aéreos”, añadió.
El presidente del Comité de Transporte de la Cámara de Representantes, Peter DeFazio, miembro de la investigación, dijo que los mensajes dibujan una imagen “profundamente inquietante” de lo que Boeing podía hacer para evadir el escrutinio de los reguladores, las tripulaciones y la población. “Incluso aunque a sus empleados les saltaran las alarmas internamente”, dijo.
Por otro lado, el exconsejero delegado de la compañía, Dennis Muilenburg, despedido el pasado diciembre como consecuencia de la crisis desatada por el 737 MAX, dejará Boeing con 62,2 millones de dólares (unos 55,7 millones de euros), según un comunicado de la empresa difundido el viernes y recogido por la prensa estadounidense. Aunque no recibirá indemnizaciones adicionales por su despido y tampoco el bonus acordado para el año 2019, las acciones que le corresponden y la pensión que tiene derecho a recibir por contrato se elevan a esa cifra. “Agradecemos a Dennis por sus casi 35 años de servicio en Boeing”, asegura el comunicado. “En su salida, Dennis recibió los beneficios a los que tenía derecho contractualmente y no recibió ninguna indemnización por despido ni su bonus anual en 2019”. 
Muilenburg será reemplazado el lunes por David Calhoun, de 62 años, antiguo ejecutivo de General Electric (GE) y hasta ahora presidente de la compañía.

2.800 despidos en el mayor proveedor de la aerolínea

Spirit AeroSystems, el mayor proveedor de Boeing, planea despedir a 2.800 empleados en EE UU. El parón en la producción del 737 MAX y la incertidumbre en torno al futuro del avión estrella del fabricante estadounidense explican esta decisión. Este recorte supone más del 15% de la plantilla total de la empresa, según Reuters. “No hemos recibido aún noticias de Boeing de cuándo va a retomar la producción del MAX”, argumentó el consejero delegado, Tom Gentile.


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