Segundo capítulo de ese duelo particular entre el que posiblemente sea el mejor ‘9’ del mundo a día de hoy y el que posiblemente sea el mejor guardameta del mundo. Nos referimos al partido que Jan Oblak, arquero del Atlético de Madrid, y Erling Haaland, delantero del Manchester City, disputaron con sus respectivas selecciones, Eslovenia y Noruega.
Recordemos que en el mismo choque de hace unos meses, también de la Liga de Naciones, el delantero noruego acabó desesperado por la actuación del colchonero. Fue un muro. En la zona mixta, al irse, le preguntaron y él lo ilustró de forma muy clarificadora: “Oblak, Oblak, Oblak…”, les dijo a los presentes para resumir lo que había pasado.
Haaaland, celebrando el gol ante Eslovenia
Y lo cierto es que el choque disputado en Ljubiana tenía pinta de ir por la misma vía que el jugado en Noruega. Pero claro, si enfrente tienes al mejor ‘killer’ del mundo y encima tu compañero te la lía, pues hay poco que hacer. Eslovenia tenía más o menos el partido controlado, dentro de lo equilibrado que iba. El primer remate de Haaland había en el minuto 35, un buen pase en profundidad que dejó al gigante noruego con la opción de disparar. Su fuerte remate fue al exterior de la red, por la zona de la escuadra.
Hasta ahí sin problemas. Incluso salvaba a su equipo al poco del descanso. Paradón de reflejos en el 44, a un cabezazo de Ostigard que, aunque iba muy centrado, era peligroso por estar bastante cerca.
Pero ya decimos, que por si no fuese poco con tener que lidiar con Haaland, a Oblak le tocaba sufrir uno de los errores más groseros vistos recientemente. Karnicnik cometió un error gravísimo al intentar sacar el balón jugado, se la dio a Sorloth y aunque este no pudo controlar, el rebote le llegó a Haaland que a la media vuelta la pegó desde el punto de penalti. Por si había alguna duda el propio Karnicnik la tocó para desviar la trayectoria.
Sporar fimó el empate
Un 0-1 en el 47′ que ponía las cosas muy complicadas para los locales. Sin embargo, Eslovenia reaccionó de la mejor manera. A los 69, empataba por medio de Sporar. Un pase en profundidad al gran desmarque de Sesko servía para que el delantero del RB Salzburgo diese un pase de la muerte al segundo palo, donde su compañero se lanzaba para enviar el balón a la red.
REMONTADA Y SUSTO FINAL
Ahí, el partido se convertía en un choque de ida y vuelta con alternativas. Y ahí Oblak salvaba de nuevo a los suyos. En el 77, de nuevo gran parada de Oblak a un disparo desde la frontal de Thorsby, que se envenenó porque iba botando. La selección balcánica le daba la vuelta al marcador en la recta final. Sesko, en el 80’, se sacaba un disparo fantástico desde la frontal, en el que Nyland fallaba un poco porque a pesar de ir cruzado, venía desde lejos con tiempo para haberse lanzado antes.
El partido dejaba una última acción final con susto para Oblak y la afición del Atlético de Madrid. En un saque frontal de una falta, el meta salía a intentar despejar el balón y Hanche-Olsen chocaba con él de forma muy aparatosa. Tras varios minutos dolido en el campo, el arquero rojiblanco podía continuar.