Al principio pensaba que era una broma, pero estoy seguro que todos conocéis a algún aficionado madridista (español) que ha dicho “pues esta Eurocopa voy con Portugal o con Francia”. Todo ello a raíz de que Luis Enrique no convocase ningún jugador blanco para la competición. No voy a entrar en polémicas sobre su lista, a mí también me sorprende que no llamase a Mario Hermoso, central clave en que el campeón de la Liga española. Pero sus motivos tendrá el asturiano, a quien admiro de corazón, y hay que respetar su decisión.
Eso sí, me sorprende mucho más esa reacción de algunos sectores de la afición del Madrid. Pensé que sería algo momentáneo tras el jarro de agua fría de la convocatoria. Pero ha pasado un tiempo, hoy juega Portugal y tengo el whatsapp lleno de mensajes de amigos blancos deseando suerte a mi país. Están más ilusionados con Cristiano y Pepe que con La Roja. Y hoy será un día redondo para ellos, porque la selección lusa juega a las 6 y Francia a las 9, para que vean a Varane, Benzema y…Mbappe. Que en algunos medios den más visibilidad a los rumores del crack del PSG que a la selección española es gran síntoma de ello.
Que conste que no quiero entrar en polémicas. Es algo que me parece muy llamativo y me hace reflexionar sobre el amor que sentimos por los clubes. Le pregunté a un buen amigo colchonero qué preferiría: que España gane la Eurocopa o que el Atleti gane la Champions. “Lo segundo, sin duda alguna”. “Hombre lo tienes tan claro porque ya has visto ganar dos”, a lo que me respondió: “No Paulo, te cambiaría ahora mismo las dos Eurocopas de 2008 y 2012 y el Mundial de 2010 por una orejona rojiblanca”.
Ni mi amigo representa a todos los colchoneros ni los que sienten un repentino amor por el fado representan a todos los madridistas, pero es un fenómeno interesante. Yo solo os puedo decir que como jugador no hay nada más bonito que representar a tu tierra. No hay mayor orgullo que ser seleccionado entre los mejores profesionales de tu país para representarlo en todo el mundo. Y aún más si llegas a ser el capitán, como tuve la suerte, al igual que de mi Atleti. No llegué a jugar una Eurocopa, es una de las espinitas que se me quedaron como profesional. En aquellos tiempos era mucho más complicado que ahora, y la vez que más cerca estuve, en el Euro 84 con 18 años, no pude ir por una maldita lesión justo antes del torneo.
Que queréis que os diga, por una vez me alegraría que el día 11 de julio esté Cibeles lleno de merengues celebrando que Cristiano ha vuelto a ganar la Eurocopa. Yo desde luego confío que mi selección puede revalidar el título. Y os hago una pregunta a los lectores, sea cual sea vuestro equipo o nacionalidad: ¿prefieres que tu equipo gane un gran título o que lo haga tu selección?
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