Leo por ahí algunas cábalas numéricas acerca de los puntos que necesitaría el Athletic de
Garitano
en la segunda vuelta para volver a jugar previas europeas en verano. Sospecho que exageran, tal vez para subir el listón de exigencia con la ilusión de encontrar en mayo argumentos para la crítica donde ahora ni los hay ni se les espera. Contando desde el primer año con
Bielsa
y
Urrutia
(2011-12); si hacemos una media de las puntuaciones mínimas necesarias para optar a dichas previas vía Liga, veremos que durante las ocho últimas temporadas el sexto (en la primera campaña) y séptimo (en las restantes) tuvieron que sumar 56,375 puntos. Ni más ni menos.
Una puntuación baja, tirando a mediocre, que avala esa política de saldo futbolístico y negocio privado que fomentó la UEFA con el invento de la ’Europa League’. ¿En serio que 56 son muchos puntos? Esa misma fue la alabada puntuación europea del primer Athletic de
Valverde
. Tampoco hubo que hacer grandes sacrificios en Liga para disputar previas en verano por perder dos finales de Copa, porque el Sevilla ganase la competición cuatro veces y se abriese otra plaza o por jugártelo todo en la última jornada y perderlo. ¡Aquellos tiempos cuando jugabas Champions como subcampeón de Liga por delante del Madrid!
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