Una comparecencia atípica en tiempos extraordinarios. La canciller alemana, Angela Merkel, ha defendido este lunes ante la prensa la necesidad de cumplir con las medidas restrictivas ante la gravedad de la situación epidemiológica en el país. En Alemania han cerrado a partir de este lunes los bares, los gimnasios y los museos; los restaurantes quedan abiertos solo para comida para llevar; y las actividades culturales se suspenden. Los colegios y comercios permanecen abiertos. La canciller ha asegurado que mucha gente comprende las medidas que entran en vigor, pero también reconoció que hay “dudas, rechazo y escepticismo” ante las restricciones.
Merkel ha subrayado que si se respetan las restricciones se podrá romper la llamada segunda ola. Si funciona, diciembre será “soportable”. “Depende de todos nosotros que este noviembre sea un éxito colectivo y un punto de inflexión para el rastreo de la pandemia”, ha dicho. Ha defendido además, que una buena gestión de la pandemia “es lo mejor para la economía”.
Este lunes, las cifras del instituto Robert Koch (RKI) indican que hay 12.097 positivos y 49 muertos registrados en las últimas 24 horas. Las estadísticas del comienzo de la semana tienden habitualmente a la baja, ya que se suelen acumular retrasos de los fines de semana en la entrega de la información por parte de algunos Estados federados. En total, desde el inicio de la pandemia, Alemania acumula 545.027 positivos por coronavirus y 10.530 fallecidos. El factor de reproducción del virus se sitúa en 1,13; es decir por encima del umbral considerado crítico por las autoridades sanitarias y políticas.
Merkel ha justificado las medidas restrictivas ante el aumento de los casos, que se han triplicado en las últimas dos semanas. “Es un crecimiento exponencial, que nos lleva a enfrentarnos a una situación de emergencia aguda en nuestros hospitales a un ritmo cada vez mayor”, ha señalado ante la prensa en Berlín, durante una comparecencia de una hora y cuarto. Merkel ha recordado que con la bajada de las temperaturas, el virus reacciona de forma “más agresiva”.
En Alemania preocupa sobre todo el aumento de pacientes ingresados en cuidados intensivos en los últimos días, así como la falta de personal sanitario para atender a los enfermos. Los datos del RKI publicados la noche del domingo indican que el número de pacientes en UCI casi se ha triplicado en dos semanas, pasando de 769 pacientes el 18 de octubre a los 2.061 actuales. La canciller ha recordado que será dentro de 15 días cuando se empezarán a ver las consecuencias en los hospitales del crecimiento actual de contagios.
Reducir el número de contactos
Merkel ha señalado que no se sabe dónde se producen el 75% de los contagios. La incidencia actual en el país es de 127,8 en una semana por cada 100.000 habitantes y el objetivo, según la canciller, es reducirlo hasta 50, el umbral bajo el cual las oficinas de salud pública pueden garantizar el rastreo. Además, la política conservadora ha llamado a reducir el número de contactos. Ha recordado que a partir de hoy, el máximo permitido es de 10 personas pertenecientes como mucho a dos unidades familiares. Fue el miércoles pasado cuando ante el aumento de contagios, el Gobierno federal pactó con los Länder el cierre parcial de la vida pública que ahora entra en vigor. A mediados de mes, la canciller se reunirá de nuevo con los jefes de Gobierno regionales para evaluar la eficacia de las medidas.
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