El 31 de agosto de 2018 Martín Merquelanz viajó hasta Ipurua con la esperanza de poder cumplir su sueño de debutar en Primera con la camiseta de la Real. Una rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda en El Sardinero, en el que estaba previsto que fuese su último partido en el Sanse, había postpuesto en diciembre de 2017 su salto al primer equipo para cubrir la marcha de Carlos Vela.
Tras no entrar en la convocatoria en las dos primeras jornadas, Asier Garitano tiró del irundarra en la semana en la que Imanol Agirretxe había hecho pública su decisión de retirarse tras su enésima recaída.
Aquel 31 de agosto fue también el día en el que debutó con el primer equipo Luca Sangalli, su compañero en aquella inolvidable generación del 95, aunque a diferencia de Merquelanz lo hizo como titular.
La lesión muscular de Willian José al cuarto de hora en el lanzamiento del penalti que supuso el 0-1 anunciaba tormenta y esta se desató en el tramo final del derbi. En el minuto 84, y con 1-1 en el marcador, Asier Garitano llamó a Merquelanz para entrar en lugar de Illarramendi.
El irundarra saltó al césped en su bautismo en la elite, pero la euforia apenas le duró un par de minutos, los que tardó su rodilla derecha en quebrarse prácticamente en el primer balón que tocaba. Conocedores de su historia, la sangre de todos los txuri urdin quedó helada mientras Garitano se llevaba las manos a la cabeza consciente de la gravedad de la lesión, otra rotura del ligamento cruzado anterior.
Hoy, y tras recuperarse de una tendinopatía aguda de la inserción proximal del músculo aductor largo de la cadera derecha, Merquelanz regresa a Ipurua, escenario en el que hizo realidad su sueño y vivió una pesadilla.
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