Mes y medio a ritmo eléctrico


Los dirigentes de las principales ligas tratan de ponerse de acuerdo en un ejercicio sin precedentes de corte y confección. Mientras la sociedad sigue pendiente de la agresiva crisis del coronavirus, la recomposición del calendario futbolístico se dirige a una reanudación de la actividad que apunta con vigor al ecuador de mayo. Todo depende de la propagación en el tiempo de la pandemia, pero si las previsiones se cumplen, la Real volverá al ruedo dentro de aproximadamente dos meses.



Las ligas y federaciones que forman la comisión
europea creada para la ocasión negocian las variantes que ofrece el estrecho margen de una agenda atropellada por la crisis. El veredicto será efectivo en cuanto el Covid-19 se empiece a convertir en historia. Lo que está claro es que la Real, como toda su competencia, será desde entonces carne de un ritmo eléctrico. A todo gas en un abrir y cerrar de ojos.

El presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier
Tebas, representa a la competencia estatal en esta comisión europea. El dirigente ha declarado en las últimas horas que, “en el peor de los casos”, la Primera
División retornaría a mediados de mayo. En concreto, allá por el fin de semana del 16 y 17. El ejercicio que ahora está en suspenso se reactivaría con la disputa de la 28ª jornada. Las competiciones domésticas tendrán que convivir necesariamente con los desenlaces de la Champions y la Europa
League.

En este frenético contexto, la Real jugaría 12 partidos en un espacio de 45 días. Uno cada tres o cuatro. Mes y medio a una velocidad absolutamente vertiginosa como contrapartida a más de dos meses potenciales de parón: el último partido oficial fue el 10 de marzo en Ipurua. La escuadra de Imanol
Alguacil se vería en la obligación de afrontar un sprint relampagueante, del 16 de mayo al 30 de junio. Como si el final de temporada fuera la avenida de los Campos Elíseos de París.

El 30 de mayo coge fuerza

La Real se puede ver en la tesitura de tener que hacer frente a dos partidos en 24 horas. Sucedería del 25 al 26 mayo, entre las jornadas 30 y 31. El cúmulo consistiría en recibir al Real
Madrid en Anoeta el lunes 25 y al Celta, también casa, al día siguiente. El motivo se encuentra en la disputa de los octavos de Champions del fin de semana inmediatamente anterior, cuando los de Zidane disputarían su compromiso contra el Manchester
City.

No es el único caso en que la Real estaría envuelta en compromisos europeos de sus rivales. En las dos últimas jornadas de la Liga hay un par de coincidencias susceptibles de favorecer a los txuri urdin. Si el Sevilla consiguiera jugar la final de la Europa League, prevista para el 24 de junio, visitaría Anoeta una semana antes. El Atlético de Madrid, por su parte, jugaría una posible final de Copa de Europa tres días antes de recibir a la Real en la última jornada de Liga.

La cita por excelencia, la final de Copa, también tendría encaje. Según el diseño de este teórico calendario, la opción de que el derbi por el título sea el 30 de mayo coge fuerza. Es un sábado reservado para los cuartos de final de la Champions. Los finalistas de Copa recuperarían la jornada liguera perdida dos días más tarde, el 1 de junio. Un lunes en el que la Real visitaría al Getafe.

Es muy posible que más de un equipo de Primera División se vea en la tesitura de no salir de la carretera para llegar a las 11 jornadas restantes, con semejante frecuencia de partidos. La Real tendría, con este calendario en la mano, un itinerario que a priori es asequible de asumir. Gracias, en gran medida, a que la mayoría de compromisos son en Anoeta.

El primer desplazamiento posterior a la cuarentena sería cerca, a Gasteiz para medirse al Alavés. Un cómodo tránsito que además sería entre dos duelos casa, ante Osasuna y Real
Madrid. Más adelante, la Real cogería el avión para acercarse al Mediterráneo en un par de ocasiones y jugar contra Levante y Villarreal. Al Ciutat viajarían entre dos encuentros en casa, frente a Espanyol y Granada. La mayor particularidad sería la previsible necesidad de ir de Sevilla a Madrid en 48 horas: habría dos días entre la final de Copa y la visita al Getafe.



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