La Argentina que progresa en el juego, que cambia momentos de buen fútbol con una timidez que la condena a sufrir, encontró en la tanda de penaltis frente a Colombia el desahogo de Lionel Messi. La cruz del 10 en la Copa América se simbolizaba en la definición desde los 11 metros, sin suerte en las finales frente a Chile en 2015 y 2016. En 2021, Messi encontró su amuleto en las manos de Dibu Martínez. El portero del Aston Vila dejó muda a la selección colombiana, más audaz que nunca en esta Copa América, espoleada en Brasilia por un incansable Luis Díaz. Una derrota con pocas tachas para Colombia, contrastó con una victoria para reflexionar de Argentina. La Albiceleste no aprende y se desinfla en cada partido que despierta el marcador, de nuevo temerosa ante la selección de Reinaldo Rueda después del gol de Lautaro Martínez.
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Le sucede algo paradójico a la selección de Lionel Scaloni, independizada de Messi en la construcción del juego, no puede desprenderse del poder del 10 para firmar su nombre en el marcador. El rosarino es el goleador (cuatro) y el máximo asistente (cinco) de la Copa América. Ante Colombia, sin embargo, apareció poco. En cualquier caso, es siempre decisivo para la Albiceleste. Colombia no quería dejar respirar a Argentina. De entrada, se plantó en el campo de la Albiceleste, cerca de del área de Dibu Martínez, estrategia para alejar el balón de Lo Celso, sinónimo de desconectar a Messi del partido. El capitán de Argentina tardó tres minutos en tocar el cuero. Y lo hizo a su manera: regateó a tres defensas colombianos para después buscar la cabeza de Lautaro Martínez. Pero el testarazo del delantero de Inter no encontró la portería de Ospina. Fue un aviso. De Messi, pero también de Lautaro.
El 22 de Argentina llegó a Brasil peleado con el gol. Errático en los dos primeros partidos frente a Chile y Uruguay, Scaloni lo sentó en el banquillo contra Paraguay. Le sentó bien. Se reivindicó Lautaro, que anotó su nombre en el marcador ante Bolivia, Ecuador y también frente a Colombia. Lo Celso rompió la resistencia de la selección de Rueda con un pase genial para el 10. En el área, siempre con pausa, el capitán controló el cuero, giró y miró, de nuevo, a Lautaro. Esta vez, no falló. El gol de la Albiceleste no cambió los planes de Rueda. Colombia controló la posesión y alejó a Messi de Ospina
Y la solidez de Argentina, reforzada con la presencia de Guido Rodríguez en el eje del mediocampo y de Tagliafico en lateral izquierdo en lugar de Paredes y de Acuña comenzó a pender de un hilo. Sobre todo, cuando Rueda mandó al campo de una tacada de Cardona, Fabra y Chará. En plena reconstrucción, sin un organizador del juego, pendiente de cerrar la portería de Ospina, a Colombia le escaseaba el gol. Si los postes habían rescatado a Argentina en el primer tiempo tras los remates de Barrios y Yerry Mina, los muchachos de Scaloni vencieron ante la velocidad de Luis Díaz. El volante colombiano se coló entre Montiel y Pezzella y rompió la resistencia de Dibu Martínez.
La aparición de Di María revitalizó a Argentina. Enérgico, veloz, esencialmente clarividente, el jugador del PSG robó pescó un balón suelto, regateó a Ospina y dejó solo a Lautaro Martínez. Se confió el 22 y su remate lo paró Davinson Sánchez desde el suelo. Volvió a destacar Di María para encontrar en el área a Messi. El palo, esta vez, compareció para salvar a Colombia. Despertó Argentina, pero ya era tarde. Tiempo de penaltis en el Mané Garrincha.
Ni Messi ni Lautaro Martínez, tampoco el revitalizado Di María, el protagonista de la Argentina fue Dibu Martínez. El portero del Aston Vila le paró tres penaltis a Colombia: Davinson Sánchez, Yerry Mina y Cardona. Y las ejecuciones perfectas de Messi, Paredes y Lautaro Martínez llevaron a Argentina a una nueva final de América. Lo espera Brasil, nada menos que en el Maracaná.
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