No pudo exhibir su liderazgo en pleno partido contra Arabia Saudita. Sin embargo, lo hizo minutos después de que Argentina coronara el papelón Mundial. A diferencia de otros mazazos recibidos con la albiceleste, cuando acostumbraba a elegir el silencio, Lionel Messi dio la cara en la zona mixta del estadio Lusail. Le puso palabras al golpe brutal. Y en las horas posteriores, ya en la concentración establecida en la Universidad de Qatar, mano a mano con sus compañeros, el 10 siguió en modo líder. Bajó línea.
Messi mantuvo una reunión con un grupo de jugadores, según trascendió desde la intimidad celeste y blanca. El discurso del 10 apuntó a recuperar el optimismo, la confianza, en el mismo sentido de lo que había declarado un rato antes hacia afuera: “Que la gente confíe, no los vamos a dejar tirados. Ahora debemos demostrar que somos un grupo de verdad”.
El factor emocional preocupa por encima de todo. No hubo reacción anímica contra Arabia Saudita. ¿Cómo responderán estos jugadores, para cuya inmensa mayoría se trata del primer golpazo que sufren en la Selección? Ahí hizo foco Messi. A Leo hay que imaginarlo por estas horas, salvando las distancias, como en esa arenga previa a la final de la Copa América contra Brasil que se hizo viral… Para él y para cada futbolista resultó una oxigenación y una alegría la visita de los familiares durante la tarde del miércoles.
Como todos los que fueron titulares contra Arabia Saudita, el día después de la cruel derrota, Messi realizó tareas diferenciadas. Al capitán también lo envuelve una incógnita potente: ¿cuál es su real estado físico, considerando que se lo observó sin explosión y por momentos hasta caminando con dificultad?
No figura en ningún parte médico oficial, pero Leo tendría alguna molestia en el soleo (zona de la sobrecarga muscular por la cual un par de días no practicó como todos) y en el tobillo izquierdo (el de la inflamación y la foto viral). “Messi está bien”, repiten desde el cuerpo técnico argentino en coincidencia con lo que el 10 había dicho tras el 1-2 contra Arabia Saudita. No hay dudas: el capitán será titular contra México.
Mientras tanto, el otro Lionel, el entrenador, Scaloni, analiza algunas modificaciones para implementar el sábado desde el inicio contra la selección de Gerardo Martino. Los cambios podrían ser tres: Lisandro Martínez por Cristian Romero, Enzo Fernández por Leandro Paredes y Alexis Mac Allister o Julián Álvarez por Alejandro Gómez. Los reemplazados serían futbolistas que no están lesionados, pero que hace poco eludieron problemas físicos y llegaron sin ritmo futbolístico.
Sale otra frase desde la concentración argentina: “Para nosotros, ya no hay más fase de grupos. Tomamos todo lo que queda del Mundial como un ‘mata – mata’. Ahora cada partido es una final y hay que ganar”.