México abandona a las mujeres violentadas en esta contingencia (Artículo)

“Ha quedado expuesta la omisión del Estado para atender esta otra pandemia, la de violencia de género, como la considera la Organización de las Naciones Unidas”, escribe Laura Castellanos.

Por Laura Castellanos

Durante la contingencia del COVID-19 en México se han incrementado las violencias contra las mujeres, adolescentes y niñas: más asesinatos, llamadas telefónicas de auxilio, denuncias por violencia familiar y sobrecupo en algunos refugios para víctimas.

También ha quedado expuesta la omisión del Estado para atender esta otra pandemia, la de violencia de género, como la considera la Organización de las Naciones Unidas.

Las instancias federales y estatales han puesto en mayor vulnerabilidad a las mujeres en riesgo de violencia en esta contingencia sanitaria: el gobierno federal retiene los 405 millones de pesos del presupuesto anual de la Red Nacional de Refugios (RNR) por burocracia, el poder Legislativo no intervino antes para garantizarle a esa red un presupuesto de carácter permanente, el poder Judicial paró parcialmente la atención de denuncias en 27 de los 32 estados del país, y los gobiernos estatales escatiman las medidas de protección.

La pandemia de violencia de género, hasta el 13 de abril, ha cobrado más vidas de mexicanas que el COVID-19: 100 mujeres han muerto por el coronavirus desde que irrumpió en el país el 28 de febrero, mientras que 367 han sido asesinadas en ese lapso, según el reporte diario de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la fuente más actual de información oficial.

Si bien previamente —desde enero y febrero de este año— el Estado se preparó para responder al brote del coronavirus, no hizo nada ante el agravamiento de la otra pandemia, el aumento de homicidios y feminicidios —que promediaron diez casos al día—, y las 40,910 llamadas de emergencia al 911 por incidentes de violencia contra la mujer hechas en el mismo período, la mayor cifra bimestral registrada desde 2016.

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*Laura Castellanos es reportera feminista y autora del libro Crónica de un país embozado 1994-2018




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