El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, este jueves en Santiago.

México busca consolidar de la mano de Chile una alianza progresista en Latinoamérica

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, este jueves en Santiago.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, y el presidente electo de Chile, Gabriel Boric, este jueves en Santiago.— (EFE/Embajada de México en Chile)

Argentina, Bolivia, Perú y ahora Chile. México busca consolidar una alianza progresista con la incorporación del presidente electo Gabriel Boric a su estrategia regional. El joven político chileno, que en diciembre ganó con holgura las elecciones frente al ultraderechista José Antonio Kast, ha recibido esta semana la visita del canciller mexicano, una cita que va más allá de la cortesía diplomática y pretende representar el afianzamiento de un proyecto político con objetivos comunes. “El triunfo en Chile junto con la presencia de varios Gobiernos progresistas va a darle una nueva intensidad a la lucha por tener una voz común en América Latina y el Caribe. Hay una confluencia importante, también eso seguramente va a tener repercusión en todas las instancias multilaterales principales”, ha afirmado este jueves Marcelo Ebrard.

Ese es, según el secretario de Relaciones Exteriores, el primer paso para lograr una mayor presencia de Latinoamérica en los equilibrios geopolíticos globales. “Como ustedes saben, México ha hecho un esfuerzo muy grande para que la voz de América Latina vuelva a ser escuchada”, ha enfatizado en una comparecencia ante los medios de comunicación. “Yo diría que hay una coincidencia muy importante, no sólo con Chile ahora, desde luego, sino con otros países: Bolivia, Argentina, en fin, hay muchos países que coinciden con esta forma de pensar, y seguramente eso va a dar lugar a una nueva etapa en lo que es la representación de América Latina en el mundo”, ha proseguido.

La nueva “alianza estratégica” con Chile se hará efectiva cuando Boric tome posesión el próximo 11 de marzo, pero mientras tanto el presidente electo, representante de una nueva generación de líderes de izquierdas, ha coincidido en la necesidad del trabajo conjunto: “Necesitamos colaborar entre nosotros para que escuchen a nuestros pueblos”. El impulsor de la coalición Apruebo Dignidad ya ha tenido una conversación telefónica con Andrés Manuel López Obrador. México ha mostrado “mucha simpatía por las causas que él representa y por la renovación que implica” y ahora tiene a un nuevo aliado en Santiago. Durante el último año ha profundizado los lazos con el presidente argentino, Alberto Fernández, socio preferente en la lucha contra la covid-19, y con el boliviano, Luis Arce. En julio celebró el relevo en Perú con el nuevo mandatario, Pedro Castillo, a quien el Gobierno y el partido que lo sostiene, Morena, ofrecieron hace semanas asesoramiento y apoyo económico para superar las convulsiones de sus primeros meses.

Ebrard está a punto de volar a Buenos Aires para pasar a Fernández el testigo de la presidencia pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). “Estamos estableciendo posicionamientos comunes, trabajamos juntos muchas cosas para hacer frente a la pandemia, no solo entre México y Argentina, sino en general en la región tuvimos una actuación común en muchos frentes, sobre todo para conseguir vacunas y acelerar el acceso de nuestros países a tratamientos y medicamentos”, ha recordado el canciller mexicano.

La llamada diplomacia de las vacunas, que el propio Ebrard defendió ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con el propósito de lograr un reparto más equitativo de los biológicos en los países en desarrollo, fue el trampolín con el que México recuperó protagonismo regional en 2021. López Obrador comenzó su mandato en 2018 con la idea de que la mejor política exterior debe ser la política interior, aunque poco a poco ha ido definiendo sus prioridades internacionales. Todas pasan por el continente y, en esencia, son una mayor iniciativa en Latinoamérica y la consolidación de las relaciones con Estados Unidos y Canadá bajo el paraguas del nuevo tratado comercial.

En mayo Colombia celebra elecciones presidenciales y en octubre los brasileños deciden su futuro en unos comicios que pueden representar el regreso de Lula da Silva. Por el momento, Chile se suma al eje de los Gobiernos progresistas de América, cuya prioridad es alimentar la unidad. “Entre más separados estemos, menos organizados estemos, pues tendremos más dificultades para hacer valer los intereses y la voz, la visión de América Latina y el Caribe en el mundo. Hay ahí una importante coincidencia con el presidente Gabriel Boric y su equipo”, ha resumido el jefe de la diplomacia mexicana.

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