“México va a necesitar energía para crecer un 4% en los próximos años”

México vive un momento crucial para el desarrollo de la industria energética. Tras la reforma que cambió al sector en 2013 con el desembarco de la iniciativa privada, hay expectativas sobre cómo se desarrollará el mercado en los próximos años. El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha planteado un viraje en la política energética del país para acercarla más al Estado, aunque también ha destacado la importancia de la iniciativa privada en esta industria para el crecimiento económico. Cuatro expertos debatieron esta semana en un Desayuno de Redacción de EL PAÍS en México sobre ese futuro y los retos pendientes para un país abundante en energía.

Durante casi ocho décadas, la electricidad y los hidrocarburos estuvieron bajo la rectoría del Estado en sendas compañías que se ocuparon de producir y distribuir la energía: Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad. La reforma energética cambió significativamente ese panorama y permitió la inversión privada en un sector que comenzaba a padecer rezagos ante los diferentes avances tecnológicos y el auge de las energías renovables. López Obrador ha expresado que su Gobierno no cambiará, por el momento, el marco legal del sector, pero que la inversión pública estará dirigida a los esfuerzos estatales. Al mismo tiempo ha insistido en que el PIB crecerá un 4%. “Un crecimiento al 4 % de la economía del Producto Interior Bruto va a demandar mucha más energía, y sobre todo en un país tan industrializado como México”, señaló en la conversación Enrique Alba, presidente de Iberdrola en México.

La transición en México al primer gobierno de izquierda ha generado un parón en torno a la dirección que la nueva política energética tomará, pero también ha abierto una oportunidad para replantear los frentes en los que tanto las empresas como el gobierno podrían encaminarse en el futuro. “Veo un congelamiento de las decisiones que, desafortunadamente, son decisiones que el país necesita tomar urgentemente, tanto en hidrocarburos como en electricidad”, apuntó Miriam Grunstein, académica asociada de Rice University. Los panelistas coincidieron en que la industria eléctrica tiene un potencial sustancial para los próximo años, dado que es el motor de otras industrias que inciden en el crecimiento económico. “En los siguientes 10 años se va a consumir el doble de energía eléctrica de lo que se ha consumido desde que se inventó”, mencionó Alba.

Para el desarrollo de la industria energética, las inversiones tanto del sector público como privado son vitales. “Va a ser muy importante que la inversión pública sea mayor a la privada, el Gobierno tendrá que poner gran parte de esta plataforma para que podamos crecer”, explicó Francisco Cervantes, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). Entre las empresas energéticas que trabajan en México existen apuestas por la expansión de las infraestructuras para distribuir energéticos, además de que las compañías también buscan seguridad para sus inversiones. “Hay inversión de ciertas empresas aquí que están arriesgando dinero porque creen en el país. Esa es la base para poder sentarse a revisar la política energética. Si hay algo que no convenga entonces que se cambie, pero es necesario dar continuidad a todo esto que ya se estaba haciendo”, comentó Eduardo Noriega, gerente de Energía Corporativa de Mexichem.

Las empresas del sector han insistido al presidente mexicano que defina la nueva ruta con claridad para dar certeza a las inversiones

La opinión unánime de los expertos se centra en la necesidad de emprender una ruta energética lo más antes posible para poder garantizar el futuro de las inversiones y un suministro constante de energéticos. “La maduración de las inversiones en el sector eléctrico es de tres, cuatro, cinco años. Es decir, las plantas que construyamos hoy y las líneas de transmisión son las que van a garantizar el suministro en 2022, 2023 y 2024. Es un sector, que por los tiempos, digamos, que se tarda en construir una planta, tenemos que estar tomando hoy las decisiones que van a afectar a la segunda mitad de este sexenio”, argumentó Enrique Alba, el presidente de Iberdrola.

La reforma energética ha permitido la expansión de nuevos mercados energéticos. La generación de electricidad con fines industriales se ha convertido en un nicho que las compañías privadas han sabido aprovechar. Los industriales apuntan a que son tareas pendientes el desarrollo en la Península de Yucatán y en la Península de Baja California, y que las compañías pueden colaborar con el gobierno para garantizar la distribución de energéticos en las regiones menos favorecidas del país. “El gobierno tiene que crear esa sensibilidad para ver realmente la problemática que tenemos en esa zona, y que dejen ayudarse. Queremos un país que crezca económicamente, se desarrolle y el tema energético es muy importante para poder tener este crecimiento”, apuntó Noriega, de Mexichem.

El sureste de México tiene un crecimiento más acompasado que el resto del país y tanto el Gobierno de López Obrador como la iniciativa privada se encuentran explorando las opciones que puedan detonar el crecimiento económico en la región. El presidente de Iberdrola en México explicó que, a través del impulso de la industria eléctrica y la distribución de gas en esa zona, diversas industrias podrían ser más competitivas y podrían atraer a su vez a empresas de otros sectores que no han tenido la posibilidad de invertir en el sureste por los altos costos que representa una inversión de este tipo. “Tiene que haber una política energética que te invite a atender la demanda, tener precios competitivos y que se pueda producir la inversión conjunta pública y privada para atender ese crecimiento del sistema eléctrico”, comentó.

Los expertos coincidieron en que la región sur de México posee un potencial altísimo en materia energética. Todo está por hacer y la iniciativa privada tiene hambre de emprender proyectos en los Estados que lo necesitan. “Si tratan de ver hacia el sur, debe haber formas de apoyarlo. Crear un ambiente de confiabilidad de suministro de materias primas para empresas químicas, petroquímicas”, añadió Noriega. Las empresas del sector han insistido al presidente mexicano que defina la nueva ruta con claridad para dar certeza a las inversiones que ya están en marcha, así como otras que ya están siendo planeadas.

Los industriales mexicanos, por ejemplo, se han sentado a la mesa con el nuevo gobierno para hacer propuestas en las que el suministro de energía para echar a andar sus negocios sea la clave de las próximas acciones. “En la política industrial, en el Plan Nacional de Desarrollo, estamos dentro de los primeros 30 puntos, cuando en otros gobiernos estuvimos treinta años sin política industrial. Hoy el presidente lo ha dicho ‘van a tener política industrial´. Nos han tomado en cuenta”, reconoció Cervantes, de la Concamin.

Una de las incógnitas es el futuro de la reforma energética diseñada por el expresidente Enrique Peña Nieto. Además de los cambios constitucionales, el Gobierno diseñó una serie de mecanismos para permitir la participación de los privados en el sector: a partir de subastas en las que también contendieron las empresas estatales. La pausa en el sector también ha dado paso a la reflexión sobre las medidas que han sido adecuadas en las implementación de la reformas y las que no. “Reconozco que hay una parte conceptual que es la liberalización de determinados suministros que da alternativa y al cliente le permite elegir y tener tarifas más competitivas, que eso siempre es bueno, pero por otro lado hubo ciertas cosas que no se enfocaron bien y que el gobierno da a entender que fueron negativas para las empresas públicas”, explicó Alba.

Desde el punto de vista de la académica Grunstein, en los últimos cinco años ha existido un importante aprendizaje en torno a la reforma energética y cómo funciona el mercado, tanto entre expertos, empresarios y consumidores. “Se aprendió muchísimo durante la última reforma energética, pero se ha venido a aprender muchísimo también en los últimos 25 años”, dijo. El reciente giro energético de México ha supuesto la entrada del país a un modelo más actual y dinámico que introduce al país a una arena más competitiva en el mundo. La especialista apuntó que en el sector energético preocupa el futuro de instituciones como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), después de que el presidente López Obrador paralizó las subastas.

En los últimos años, México fue noticia internacional por su subastas petroleras en las que gigantes de la industria pujaron por contratos de exploración y producción en el golfo de México. La industria de los hidrocarburos ha sido emblema de la energía en México desde el siglo XX y tras la reforma energética lo ha seguido siendo. López Obrador ha señalado que los contratos petroleros que el gobierno anterior entregó a las empresas serán revisados y que considerará su continuidad a partir del tercer año de su Administración. Además ha enfatizado que todos los esfuerzos gubernamentales estarán enfocados en retomar la subida de la producción petrolera de Pemex.

Ante este panorama, los expertos consideran que el Gobierno mexicano debe considerar a la iniciativa privada dentro de la ecuación. Un esquema en que la colaboración ayude a la recuperación de la petrolera estatal y la impulse a la renovación. “Pemex necesita modernización operativa y técnica, y también de gestión de sus proyectos para elevar la producción petrolera. Si Pemex va a seguir siendo dominante en el sector de hidrocarburos, obviamente necesita socios con una gestión”, añadió la académica de Rice University.

Los participantes en la conversación coincidieron en que la apertura del mercado energético debe seguir siendo explorado en los años por venir. También observaron la necesidad de que el Gobierno mexicano exponga con claridad la política energética y el papel que la iniciativa privada tomará en este nuevo mapa, dado que las inversiones deben contar con certeza —a pesar del alto riesgo que las compañías ponen en los negocios relacionados con energía— y que el desarrollo de esta industria tomará más de un lustro para reflejarse en el día a día de los mexicanos. Las oportunidades, principalmente en el sur y sureste del país, podrían dar a México ese impulso que requiere para su crecimiento, concluyó el grupo de expertos.





Enrique Alba, presidente de Iberdrola en México

La firma española Iberdrola se estableció en México para producir energía eléctrica, principalmente en parques eólicos y fotovoltaicos. Alba defiende que su sector es vital para echar a andar diversas industrias. “Si no hay energía eléctrica se afecta al turismo, a las exportaciones, a la seguridad. Siempre se olvida la transversalidad y la importancia del suministro eléctrico”. Considera que ante un nuevo panorama la iniciativa privada y el gobierno pueden alinear sus objetivos para conseguir el desarrollo económico de México.





Miriam Grunstein, académica asociada de Rice University

La abogada energética ha colaborado con varias instituciones en México para analizar el crecimiento de la industria. Desde la reforma energética, Grunstein ha estudiado el impacto y las nuevas rutas que los participantes del mercado han tomado en el nuevo marco. El viraje del nuevo gobierno, opina, plantea un reto tanto para el negocio de la energía como para las instituciones. “Es un sector que está atorado, que está en estado crítico en algunos nodos de la cadena de valor, tanto en hidrocarburos como en electricidad”.





Eduardo Noriega, gerente de Energía Corporativa de Mexichem

Mexichem participa en la transformación de materia prima para diversos sectores industriales en México. La energía se ha convertido en un enclave estratégico para la firma. Noriega apunta que los empresarios del sector energético buscan mejorar el mercado para obtener precios más competitivo que le den valor sus negocios. El futuro, señala, debe estar encaminada a una alianza público-privada. “El gobierno tiene que pensar que la iniciativa privada es una aliado más para crecer como se debe crecer en el país”.





Francisco Cervantes, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales

Los industriales se han sentado a la mesa con el nuevo Gobierno para impulsar medidas que contribuyan al crecimiento económico. Cervantes preside al mayor grupo de empresarios dedicados a actividades industriales, que ante la coyuntura coinciden en poner en perspectiva la valía del sector energético. “La industria energética ha sido la que más incertidumbre ha tenido en los últimos 15 meses”


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