‘Mi voz sólo representa mi pensamiento’, responde Figueroa a carta

Sostener que triunfo de AMLO “ha propiciado nuestra libertad no solo es desconocer la historia, sino despoblar la memoria y la lucha por la democracia y la libertad en este país”, afirma.

El ex consejero electoral, Alfredo Figueroa, respondió a una carta abierta dirigida a la periodista Carmen Aristegui, la cual contiene críticas a comentaristas como él, quien por su parte sostuvo que su voz sólo representa su pensamiento.

Se reproduce íntegra la carta de Figueroa, quien participa los miércoles en la mesa de análisis de Aristegui en vivo:

Querida Carmen,

Escuché la carta abierta que te dirigen cerca de 60 personas, a través de la cual te cuestionan y hacen afirmaciones de algunos de quienes colaboramos en Aristegui Noticias.

Me parece un acierto y un acto de respeto a las audiencias y de congruencia con tu historia, que las opiniones y críticas de un grupo de radioescuchas al programa y a quienes colaboramos en él, sea puesto en el propio espacio al que se dirige la crítica. Diría que la sola lectura de la carta pone en entredicho buena parte de los argumentos de su misiva.

En lo que a mi respecta, te envío estas líneas en respuesta a su carta abierta.

Señoras y señores,

Inicio por decirles que reconozco su derecho a opinar y a expresar en público su postura pero tengo diferencias centrales con los argumentos que expresan en su carta, veamos lo que afirman:

Aristegui Noticias se convirtió en un proyecto de comunicación e información estratégico en un momento de encrucijada del país: la continuidad y profundización del globalismo financierista en el poder durante casi 40 años o la ruptura y sustitución de ese modelo político-económico por una propuesta republicano-democrática donde el Estado asume un papel proactivo en la prioridad de combatir la corrupción, la reducción de las desigualdades y la atención a los amplios sectores de población pobres, marginados y vulnerables.

Atribuir a un esfuerzo de periodismo independiente acosado política, judicial y económicamente durante años, un sentido estratégico para lo que ustedes consideran la ruptura de un modelo político-económico para dar lugar a uno “nuevo” dotado de virtudes sin consignar sus debilidades, contradicciones e incongruencias, su incompetencia y su propia corrupción, es supeditar el ejercicio periodístico a los términos de una  disputa de “conmigo o contra mí” que niega el pensamiento y la crítica y que está más cerca del autoritarismo que de la democracia.

Están en su derecho de voltear a hacia otro lado cuando se habla del PES, del Verde, del grupo asesor de empresarios del presidente, de su relación con Salinas Pliego, del uso abusivo el poder, de las respuestas sin fundamento de la función pública en el caso Bartlett, de la ausencia de transparencia, de la construcción de clientelas políticas, de la inocultable militarización, de los decretazos, del trato de subalternos a otros poderes, de la descalificación del movimiento feminista, territorial o zapatista. Pero pedir al periodismo que no hable de eso en nombre de su fe o sus deseos, es no entender lo que significa la independencia.

Plantean:

Pero de un tiempo a esta parte, sin duda por los cambios que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha propiciado, hemos notado que así como los grupos de poder se negaron a aceptar el análisis riguroso y la crítica de periodistas como Aristegui y de grupos sociales, otro sector, el de los periodistas y los medios de comunicación, se niega hoy a ser sometido a la interpelación, al cuestionamiento de su quehacer, a la revisión acuciosa del rigor y metodologías empleados para producir la información, y se mantienen refractarios a la autocrítica. A pesar de la amplia libertad de expresión, los medios y sus mediadores nos deben transparencia y diálogo. (Énfasis añadido).

Dos consideraciones.

Primera. Al reconocimiento del esfuerzo que, con justicia, ustedes atribuyen a Carmen y su equipo, se suman muchos trabajos de reporteras y reporteros, activistas, luchadores sociales y políticos, servidores públicos, colectivas, y una enorme diversidad de grupos de la sociedad que, con visibilidad o sin ella, han luchado e incluso muerto por la libertad que ejercemos hoy y ejercimos antes asumiendo las consecuencias. López Obrador es un personaje  relevante, pero uno más en una larga cadena de esfuerzos que vienen de muy lejos, sostener que su triunfo ha propiciado nuestra libertad no solo es desconocer la historia, sino despoblar la memoria y la lucha por la democracia y la libertad en este país. Además, esa “amplia libertad” a la que se refieren, pone un manto de invisibilidad sobre las y los periodistas que aún hoy pierden la vida por serlo.

Segunda. En el párrafo en cita señalan la negativa de lo medios de comunicación a ser cuestionados o a la revisión de su trabajo periodístico. ¿A quién se refieren? No creo que en el espacio de Aristegui Noticias alguien se niegue al diálogo, al contraste de las ideas, al escrutinio de sus argumentos y razones. Y me refiero a razones, porque a su margen no es poco frecuente que cada vez que hay una opinión crítica respecto al presidente, venga una lluvia de descalificaciones que desde las redes sociales acribillan, mienten y con odio se dirigen a quien tiene ese “atrevimiento”. No sé si lo sepan, pero desde la redes antilopezobradoristas se descalifica en términos similares a Carmen y a quienes colaboramos en el programa por ser los nuevos defensores del poder, por no criticar más, por no hacer investigaciones especiales, por tomar largos tramos de las mañaneras y reproducirlos en el programa, por no abordar todos los temas de la agenda de otros medios, por dar voz todo el tiempo al gobierno, en fin, por no poner “contra las cuerdas” al presidente.

Perdonen ustedes pero no voy a “someter” mi pensamiento ni mi voz a los términos de esa disputa, aunque sé bien los miles de “me gusta” que pierdo de un lado y otro de la ecuación.

Se refieren a mi participación y a la de Gabriel, en los siguientes términos: “El noticiero se ha convertido en un foro para criticar al gobierno y no en un foro para conocer lo que sucede en México. Es el caso de los señores Alfredo Figueroa y Gabriel Reyes Orona, quienes no cuentan con una contraparte para sus alegatos que parecen, en ocasiones, consignas partidistas investidas de opiniones independientes.”

Por mi parte, les pido que me digan ¿cuáles alegatos “parecen, en ocasiones, consignas partidistas”? ¿De qué partido son? Nunca he militado en uno. Considero que su argumentación tiene un problema esencial “el noticiero se ha vuelto -se afirma sin matices- un foro para criticar al gobierno”, cuya muestra son opiniones que  “parece” que suceden en “ocasiones” pero  en torno a las cuales no nos ofrecen un solo ejemplo, la contradicción no tiene desperdicio porque otro de los elementos que cuestionan es la falta de  evidencia sobre los comentarios de algunos colegas. ¿Es esta una muestra del “decoro argumentativo” al que aspiran?

Quizá se olvide, pero una revisión puntual de mis participaciones advertirán que en no pocas ocasiones he expresado, porque así lo pienso, que hay transformaciones venturosas y valientes de este gobierno, como la democracia sindical, la lucha en algunos casos por enfrentar la corrupción, la defensa del interés público frente a diversos poderes que pretenden doblegar al Estado, la negativa a condonar impuestos a las grandes corporaciones, entre otras. Y se los digo con toda claridad, escucho voces que aspiran a que este gobierno no concluya su mandato. Una intentona de esa naturaleza es inaceptable por más diferencias que se tengan con quien gobierna y representa un abierto intento golpista.

Dialogar y debatir en la mesa de análisis no es para mí un asunto de partes, sino de argumentos y de ideas, mi voz en el programa solo representa mi pensamiento sin más pretensiones. Celebraré que existan más y mejores voces que la mía en favor de la calidad del debate público.

No acostumbro, pero algo les diré de mi postura política. La concepción de izquierda en la que me reconozco tiene como condición de posibilidad la libertad y el pensamiento que va en todas las direcciones. Así, los credos, los prejuicios, la moral o cualquier otra fórmula que edifique muros que impidan romper o limiten mirar más allá de los parámetros de nuestro propio pensamiento son concepciones que comprendo pero que no prefiero. No soy partidario de rezar a ningún dios en ninguna iglesia.

Finalmente celebro que como audiencia critiquen, revisen, reflexionen y exijan rigor periodístico, agradezco que ofrezcan ideas aunque no sean coincidentes con las mías, por suerte la sociedad es plural y diversa y esas diferencias deben tener lugar en la arena pública siempre que respeten la dignidad del otro, de la otra.

Tengo la impresión de que, por momentos, su voz se confunde con la del gobierno, porque en el centro de sus preocupaciones están las críticas al presidente, pero nada se dice sobre la intentona de silenciar, limitar y acribillar el trabajo que bajo más de un fuego, se hace todos los días en Aristegui Noticias. A pesar de ello prefiero confiar, si quieren ustedes con inocencia, que es su propio pensamiento el que se despliega en la carta y que como señalan, no son robots ni instrumento de otros, que sus palabras son o pueden ser, el principio de un diálogo de personas que se escuchan. Quizá eso, aún no sea imposible.

Ciudad de México, 20 de Mayo de 2020.

Alfredo Figueroa Fernández.




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