Miami contra LeBron, los Lakers y las probabilidades

Los Miami Heat tienen

un reto colosal enfrente: remontar un 3-1 en contra en las Finales NBA
. Y enfrente, por si fuera poco, les esperan unos Los Angeles Lakers que están a un paso de firmar su 17º anillo, liderados por un LeBron James que sigue haciendo añicos todas las marcas de playoffs que se le ponen a tiro.

“Se trata de ganar, así que no hay presión. Se espera de nosotros que ganemos, es nuestro trabajo”, reflexiona Jimmy Butler, siempre estoico en rueda de prensa, antes del quinto partido de la eliminatoria, el primer match-ball para los Lakers. “No es ganar o irse a casa, es ganar o ganar, así lo vemos nosotros”.

Al líder de Miami y a Erik Spoelstra no les interesan las narrativas que envuelven el encuentro: ni el decimoséptimo alirón de L.A., ni el cuarto de LeBron, ni los uniformes en honor a Kobe Bryant ni nada. No les interesa y es lógico.

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L.A., favorito numérico

Las matemáticas del baloncesto apuntan a una más que probable victoria de Los Angeles. Más allá de lo que hemos visto en la serie hasta ahora, las estadísticas señalan una especialidad de LeBron como punto fuerte de los angelinos.

James ha ganado 17 de los últimos 18 partidos para cerrar una eliminatoria de playoffs que su equipo ha disputado, y nadie en la liga ha sido más fiable que él en este sentido: hay un 79,2% de probabilidades que eso ocurra esta noche. El total numérico en su carrera es de 38-10. Los siguientes en la lista son Derek Fisher, con 39-12, y Tim Duncan, 35-14.

El quinto partido de las Finales NBA, por cierto, s
erá el 259 que disputa LeBron en unos playoffs, cifra con la que empatará a Fisher en la cúspide de la postemporada. “Es la manera en que preparo mi mente, mi cuerpo para cada momento”, explica LeBron a los periodistas sobre su récord en los partidos de cierre. “Canalizo esa desesperación, solo con saber que tu rival y el hombre que está enfrente siente lo mismo que tú. De eso se trata”.

Hay otra estadística mortal para los Heat, por mucho que no les importe demasiado a ellos: solo un equipo ha revertido un 3-1 en unas Finales NBA, y era un equipo de LeBron, los Cavs de 2016. En 35 ocasiones, la franquicia que lideraba 3-1 acabó levantando el anillo.

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Fe, el arma de los Heat

Las posibilidades de Miami pasan por la actuación de Butler pero, también, de la colaboración que reciba de sus compañeros. “El consejo que me ha dado Cal es que la eliminatoria no ha terminado”, afirma el descarado Tyler Herro, que ha estado recibiendo llamadas de su exentrenador universitario en Kentucky John Calipari.

“Tenemos una oportunidad, todavía creemos. Nos están borrando, y todo el mundo duda de nosotros”, reivindica Bam Adebayo, que no impactó con su juego la dinámica del cuarto partido y espera poder hacerlo en este quinto. “Mientras la gente en el vestuario crea en nosotros, nada más importa”.

Quienes no creen en sus posibilidades son los Lakers, dispuestos a poner punto final a la temporada más extraña de la historia de la liga. Por eso han trasladado su elección del uniforme edición Mamba en honor a Kobe al quinto partido, cuando estaba previsto para un hipotético séptimo. Con estos colores, el negro con piel de serpiente, no han perdido nunca.

“Cada vez que perdamos con esta camiseta, sentiremos que le hemos decepcionado, y no queremos eso”, asegura Anthony Davis, segundo de a bordo de L.A. “Si salimos y hacemos lo que se supone que debemos hacer, podemos mantenernos invictos y cerrar esto para hacer que el momento sea todavía más especial”.


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