El actor Michael Douglas ya está en Mallorca disfrutando de este atípico verano. El intérprete estadounidense ha llegado a la isla para pasar la época estival en su villa de Valldemossa junto a su esposa, la actriz Catherine Zeta-Jones y sus dos hijos, Carys y Dylan. Ha sido Zeta-Jones quien ha dado las primeras pistas de su llegada a la isla tras subir a su perfil de Instagram una fotografía de ella misma tumbada en una de las terrazas de S’Estaca, la espectacular finca que el actor adquirió a principios de los años noventa junto a la que entonces era su mujer, Diandra Lucker.La actriz británica también ha publicado una fotografía de Douglas y su perro en otra de las terrazas de la mansión. La hija de ambos, Carys, ha dejado constancia de sus primeros días de vacaciones en la isla a través de su perfil en la misma red social, donde ha subido algunos vídeos cortos de los baños que se ha dado junto a varios amigos en las calas de piedra de la zona e imágenes tomadas en los jardines de la finca. Zeta-Jones deja cada año rastro de su paso por Mallorca en su perfil de Instagram, donde cuenta con más de tres millones y medio de seguidores, muy por encima de los 755.000 de su marido.Este año la llegada de la famosa familia a su residencia de la isla balear tiene un sentido especial dada la situación mundial causada por la pandemia y por sus efectos sobre el turismo. La publicidad que están dando a su estancia a través de las redes sociales puede ser un buen reclamo para Valldemossa y para Mallorca en general, una zona que ha sufrido como tantas otras un descenso notable del número de visitantes a causa de la covid-19. “Siempre ha sido bueno que vengan a pasar unos días a su casa, es positivo que cuelguen fotos en las redes sociales” afirma el alcalde de Valldemossa, Nadal Torres, que explica que la relación de Douglas con el municipio se prolonga desde hace décadas. La pareja suele salir a pasear por el pueblo y de vez en cuando son fotografiados en la plaza o haciendo compras por la zona. “La publicidad siempre es buena para el municipio”, subraya el alcalde.La vinculación con el municipio se estrechó en el año 2000, cuando el actor financió la construcción del Centro Cultural Costa Nord de Valldemossa, en el que invirtió 2,3 millones de euros. Tres años después, el recinto fue adquirido por el Gobierno de Baleares por algo más de cuatro millones de euros y posteriormente se adjudicó su explotación a manos privadas. Desde hace unos años su uso fue cedido por el Ejecutivo regional al Ayuntamiento de la localidad, que lo ha utilizado para realizar actividades y eventos culturales.Único propietarioEste año a diferencia de otros veranos el actor podrá disfrutar de la mansión durante todo el tiempo que considere tras comprar su parte de la propiedad a su exesposa Diandra a principios de 2020. Cuando la pareja se separó, 11 años después de adquirir S’Estaca, acordaron que disfrutarían la villa por turnos durante seis meses al año. Un acuerdo que limitaba los viajes de Douglas y su familia a Mallorca porque se tenían que ceñir al calendario estipulado. A principios de este año el protagonista de Wall Street se decidió a comprar su parte de la vivienda a su exmujer para poder disfrutar de ella durante más tiempo.Douglas viajó en febrero a Mallorca para ultimar los detalles de la operación y retiró la finca del mercado inmobiliario, en el que se encontraba a la venta desde 2014 por un precio de salida de 50 millones de euros, que con el paso de los años se fue rebajando hasta los 28,9 millones, que fue la última cifra de venta antes de que el actor decidiera quedarse con la mansión. Fuentes cercanas al círculo del intérprete afirmaron que había cambiado de opinión respecto a la venta porque el matrimonio y sus hijos han creado un vínculo estrecho con la isla y quería seguir conservando la vivienda.S’Estaca cuenta con una casa principal que data del siglo XIX adquirida en 1867 por el archiduque Lluis Salvador, que la reformó y amplió tras inspirarse en las islas Eólicas de la costa del noroeste de Sicilia. El conjunto tiene hasta siete edificaciones diferentes que contienen cinco apartamentos con diez habitaciones separadas con capacidad para hasta veinte personas. Las construcciones principales están levantadas en una superficie de unos 1.000 metros cuadrados en un terreno de más de 100 hectáreas en el que destacan las amplias zonas verdes que rodean las edificaciones y que cuentan con la flora propia de un jardín mediterráneo. La casa ha sido escenario de rodajes en los últimos meses y puede verse con mucho detalle en la serie de Netflix White Lines, que se ha rodado en Mallorca aunque está ambientada en Ibiza.
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