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Mick Schumacher, campeón de F2 pese al drama inicial

Ascenderá a la F1 como se debe, como campeón de la Fórmula 2. Da igual el apellido, el crono ha dictado sentencia. Sin embargo, lo hará con muchos peros que ponerle a su pilotaje, y el mejor ejemplo está en su carrera de este domingo. Se rozó el drama. Mick lo tenía todo de cara, con 14 puntos de ventaja en el liderato, para conquistar el Mundial de Fórmula 2. Lo que para otro hubiera sido un mero trámite, para Mick y sus errores fue una montaña rusa de sensaciones que podía haberse evitado. De nuevo, con otro error más que apuntarle a la cuenta particular de un hombre que todavía tiene mucho por mejorar, estuvo a punto de arruinarse él solo su coronación. Otra vez, luces y sombras para Mick, como venimos diciendo desde hace tiempo. Es capaz de lo mejor y de lo peor en una misma carrera o en un mismo fin de semana. Puede cometer el más grave de los errores, y luego reaccionar a lo campeón. A veces, sus fallos pueden parecer incomprensibles, y en esta ocasión, en la última carrera del año, su ímpetu le estuvo a punto de dejar sin título.

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Mick salía tercero, con 14 puntos de ventaja sobre Ilott, que arrancaba cuarto, justo a su lado. La batalla podía ser emocionante, pero el hecho de que solo hubiera 17 puntos en juego en esta segunda manga de Sakhir dejaba a Mick con todo de cara. No necesitaba ponerse nervioso ni tirar más de lo necesario. Sin embargo, tras una gran salida, su hambre le jugó una mala pasada.

Sustituyó a la razón y ello casi le cuesta un gran disgusto. El alemán, en la primera curva estaba emparejado en paralelo con Ticktum, que se colocó en la primera posición. Ahí, Mick se puso a rebufo del británico y sorprendió con una enorme pasada de frenada con la que estuvo a punto de llevarse puesto a Dan. El hijo del 7 veces campeón iba por el interior del trazado, y en un acto de reflejos, giró hacia el interior para poder esquivar por un pelo el coche del líder de la carrera. Ahí salvó la corona, por milímetros.

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Esa pasada de frenada y otra más le dejaban unos planos en las gomas increíbles que le iban a hacer sufrir en una carrera en la que nadie iba a parar. Mick atacaba a Daruvala para recuperar la segunda plaza, pero el error más grave ya estaba cometido. Era cuestión de tiempo que sus gomas desfallecieran, y no tardaron en hacerlo. El alemán se hundía en la clasificación con unas gomas que estaban en las últimas. Ilott le superaba tras otra pasada de frenada. Su rival por la corona se iba hacia el frente mientras que él no podía hacer más que irse hacia atrás. La corona se le podía escapar. No podía terminar la carrera con esas gomas y si paraba no puntuaría. Sin embargo, optó por parar y su estrategia era defenderse de lo que pudiera hacer Callum logrando los dos puntos extra de la vuelta rápida.

Finalizó 18º pero con el objetivo cumplido

Volvía a pista en la 20ª plaza, pero consiguiendo su objetivo a las primeras de cambio, aprovechando su goma nueva. Debía esperar a que Ilott no completara su remontada. El también piloto de la academia de jóvenes talentos de Ferrari era tercero tras un Daruvala y un Ticktum que estaban enzarzándose en una tremenda pelea en cada curva. Si ambos se tocaban, Ilott podía ganar la carrera y el título. Pese a ello, un Callum que durante todo el fin de semana no consiguió encontrar el mejor ‘set up’ en su coche, empezó a hundirse en la clasificación con el paso de las vueltas, entregándole ya por fin el Mundial a un Mick que terminó 18º la última carrera del curso.

“Somos campeones y es lo que se recordará”

“Somos campeones, y eso es lo que la gente recordará. olvidarán esa carrera y verán lo bueno de esta temporada. Y yo también”, decía el piloto de 21 años, que el próximo año vestirá el mono de Haas en la F1. Se coronó en Bahrein, circuito que se estrenó en la F1 en 2004, precisamente con victoria de su padre Michael. Mick cierra el círculo. El campeón de F2 ya está preparado para ascender a la F1. Eso sí, con mucho por pulir.

Mick Schumacher, campeón de F2
Mick Schumacher, campeón de F2

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