Los 64 migrantes serán trasladados a Alemania, Francia, Portugal y Luxemburgo, luego de que Malta rechazó dar refugio ante “la excesiva responsabilidad que se ve obligado a asumir”.
Tras 10 días varados, 64 migrantes de origen libio rescatados por el buque “Alan Kurdi” de la ONG alemana Sea Eye podrán desembarcar en Malta, para luego ser trasladados a Alemania, Francia, Portugal y Luxemburgo para su reubicación.
La noticia se dio a conocer luego de que la situación a bordo del buque comenzó a ser insostenible.
El primer ministro de Malta, Joseph Muscat, anunció que las acciones se pondrán en marcha tras un acuerdo con la Comisión Europea y detalló que ninguno de los migrantes permanecerá en su país, pues ya no están en condiciones de asumir la carga solos.
Los inmigrantes serán trasladados este sábado a barcos de la Guardia Costera maltesa y conducidos a La Valeta, donde los reunirán con dos mujeres del grupo evacuadas días antes por cuestiones de salud.
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El gobierno maltés, en un comunicado adicional del primer ministro, lamentó la excesiva responsabilidad que se ve obligado a asumir el Estado miembro más pequeño de la Unión Europea, y la presión innecesaria para resolver este tipo de casos.
Asimismo, el Gobierno solicitó “a las ONG que cumplan con todas las convenciones y regulaciones aplicables“.
En tanto, voceros de la Comisión Europea aplaudieron la colaboración regional para poner fin a la situación del grupo inmigrantes, que cada día era más difícil ante la escasez de alimentos y productos básicos.
El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, confirmó que su país y Alemania, así como otros europeos, “se mostrarán solidarios y darán la bienvenida a los refugiados del “Alan Kurdi”.
La víspera, el ministro alemán del Interior, Horst Seehofer, dio a conocer que su país estaba dispuesto a acoger a algunos de los 64 inmigrantes y pidió a otros países europeos a unirse a la ayuda.
En tanto, el ministro italiano del Interior, Matteo Salvini, celebró la denuncia de Malta y señaló que hace bien en “denunciar la presión indebida y peligrosa de las ONG” y reiteró que estas organizaciones “no pueden saltarse las leyes”.
Con información de DW, Ntmx y La Vanguardia