Miguel Merino, padre de Mikel, vivirá una situación especial al ver rodar el balón esta noche en Anoeta. Su hijo jugará de txuri urdin y enfrente estará el Osasuna, equipo en el que militó seis campañas y que vio crecer a Mikel.
¿Ha hablado con Mikel estos días?
Está bien. Al principio siempre cuesta retomar un poco la actividad tras estar un tiempo parados. Venían de muchos partidos seguidos entre Liga y Copa y tenían un ritmo bastante alto todos los jugadores. Ahora el estado de forma no va a ser el mismo, pero él ha estado entrenando bien. Sí que ha tenido las típicas molestias de días de calor como ampollas por el tema de las botas y demás, pero aparte de eso han estado trabajando bien y mucho.
¿Y cómo ve el partido entre la Real y Osasuna?
Pues Mikel dice que es el único partido que quiere que pierda Osasuna y lógicamente, al estar Mikel en la Real, los intereses de mi hijo están por encima de cualquier cosa. Pero bueno, por otra parte, es un partido que si da la casualidad de que la Real no gana, dentro de lo que cabe, es un mal menor si se lleva los tres puntos Osasuna, es como que duele menos.
Han pasado cuatro años desde que Mikel se marchó de Tajonar, ¿Ha cambiado mucho?
Como hijo no ha cambiado mucho, sigue siendo muy familiar. Es un chaval que siempre se ha comportado de una manera extraordinaria con todos. Pero como futbolista ha cambiado una barbaridad. Ha ido madurando a medida que ha ido pasando el tiempo en los diferentes sitios donde ha estado jugando, tanto en Dortmund como en Newcastle. Ha tenido una progresión espectacular. Cuando estaba en Osasuna se veía que tenía capacidad porque fue campeón de Europa con una generación de jugadores como Asensio, Ceballos, Rodri.
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El irse fuera, jugar y entrenar con jugadores top de Europa, eso le ha dado mucho a nivel deportivo y a nivel mental, el hecho de estar fuera de casa y valerte por ti mismo para afrontar situaciones complicadas, como le paso en Dortmund. Y en Newcastle sí que es verdad que ya mejoró porque Benítez, sobre todo al principio, le dio bastante cancha y él lo que necesitaba era jugar, como se ha visto en la Real.
Ya sabe que cuando un jugador en la Real destaca le empiezan a llegar cantos de sirena.
Cuando Mikel tomó la decisión de ir con los representantes con los que está ahora, ellos hacen un trabajo en la sombra y hasta que no haya algo realmente serio no le vuelven loco al jugador. En ese sentido Mikel ha estado muy tranquilo y está encantado en la Real, le han tratado muy bien. Está en una ciudad muy cercana a lo que es su casa y el estilo de juego le va, así como el carácter de la zona, que es muy similar al de Pamplona. Está en un sitio ideal. No tiene ninguna preocupación y ningún interés por salir de la Real a no ser que vengan esos transatlánticos importantes que hay por ahí y hagan una oferta que no se pueda rechazar. Ahora mismo él está centrado en la Real.
¿Crees que la Real podrá ofrecer a Mikel un buen contrato y un proyecto en el futuro?
Cuando él apostó por la Real ya sabía a dónde iba. Yo creo que él estando a gusto en el club, formará parte del proyecto que sea. Todos los años posiblemente no se podrá estar peleando por Champions, pero la intención de la Real es hacer un equipo competitivo para estar peleando por los puestos altos de la clasificación. Ahí Mikel va a estar cómodo, pero sobre todo porque ahí va a estar bien, rodeado de gente con la que se entiende bien y con un estilo de juego que le va. Allí en San Sebastián tiene todos los alicientes para continuar, pero nunca se sabe que puede ocurrir en el mundo del fútbol. Aunque Mikel está contento.
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